Lola Delgado cabalga, cabalga mientras otros ladramos y nos tenemos que creer el CIS de Tezanos con nitrógeno líquido y esencia de rosa sociológica. Lola Delgado cabalga, sí, pero hacia el abismo que le espera a todo numerario del Gobierno con la lengua larga y con la juntera de Garzón. Su crisis, su mentira corregida y aumentada, su retracto y su desayuno informativo del martes en Villa Segrelles (club Siglo XXI) nos da la imagen del Ejecutivo que más se parece a España.
Después de las tormentas académicas, con Lola Delgado volvemos a lo de siempre, a Villarejo y a Garzón y al simpático conchabeo entre las cañerías y las altas instancias judiciales. Digamos que el asunto Lola Delgado, en comparación con la tesis de Sánchez, tiene más quilates y da para una novelilla con pulsiones de amor, de muerte y de toga a la hora de los copazos.
Dicen en Salamanca que "la lengua es un caudal sabiéndola manejar", y no sabíamos que Delgado tenía esos repentes tan homófobos como conversacionales. Lola Delgado tiene expresiones de barra de tasca de Cuatro Caminos, y sólo por eso es nuestra musa. No es tanto una dama de hierro, pero que Villarejo vuelva al candelero por septiembre le da a esto de la información política sobre Dolores Delgado su poquito de normalidad y su muchito de zapatófonos.
Toda la España que se va de la sinhueso estará probablemente documentada, archivada y convenientemente custodiada por Villarejo. Sería bonito que a los años alguien transcribiera y dramatizara todas esas grabaciones en la que la guapa gente, la jet, los magistrados progresistas y dos comisionistas pueden contarnos un tiempo y un país. En todo caso, la Historia más reciente es Lola Delgado y su corto camino hacia delante.
Cada semana hay una crisis ministerial, un ministro bonito con sus cosas y una negación que luego es matización y luego es una comparecencia pública en el Parlamento para matar al mensajero. Villarejo tiene cogidos a muchos y a muchas por las criadillas, y son estas gargantas profundas de la patria cañí la sal de la vida de los que nos dedicamos a cantar con gracia lo que viene pasando.
España es hoy una grabadora enorme de Villarejo. España es Sánchez tocado e inmune y el independentismo encabronado porque ha perdido la voz y la palabra y cada día que pasa está más cursi, más mohíno y más violento. El Gobierno implosiona pero vive: habría que sacar una lección de todo esto. Porque frente al CIS de Tezanos y los tuiteros biempensantes, yo me quedo con los archivos sonoros de Villarejo.