Han acabado las fiestas del Santo Cristo de los Remedios de San Sebastián de los Reyes. Allí donde los encierros de Chapu, donde hasta en Atresmedia se habla de toros por lo barato que sale mandar a una unidad movil a contar lo bien que se lo pasa la España en funciones. En esa localidad, Sanse, que es un corolario de esta España corneada y festiva.
Quiero decir que hay un PSOE que es el de Narciso Romero, alcalde de SS. Mientras Pedro Sánchez iba con la consorte a verle las tuberías nuevas al Rey Emérito, Narciso instalaba en Sanse un tobogán acuático gigante, y se le veía feliz, católico, verbenero, entre que las charangas le tocaban Paquito el chocolatero y el munícipe bailaba al sol duro del fin del verano.
Dicen que lo de "Narsiso" -así suena entre la inmigración andaluza y levantina que lo adora- es como un socialismo taurino: un Ábalos sin dobleces y lo que debiera ser un alcalde. Mientras Narciso Castejón quiere subsumir para los restos a Pablo Iglesias, Narsiso Romero publicaba en el Instagram fotografías de un colegio donde han asfaltado el campo de futbito. Narsiso es las virtudes del populismo, esos alcaldes de siempre que son transideológicos porque no tienen más ideología que la de la felicidad de los ciudadanos: como bien estipularon los padres fundadores de USA. Crónicas de un pueblo...
Tampoco Sánchez tiene ideología, pero ha visto por dónde y por qué España sigue la senda cuando la senda se acaba, y ya anda encargando a empresas publicitarias presupuestos para noviembre. Toda ambición es legítima, pero si el alcalde de Sanse sabe que hay que ir de buzón en buzón, Sánchez entiende la política como ir de coche escoba a lo de Biarritz y venderlo después como un logro de Exteriores.
Entre Narsiso y Narciso no hay color. Se ha llegado a un momento en el que se extraña a ese socialismo vago -de difuso-, mangante, que en el descuento te hacía dos ambulatorios y así la nave iba y le llenaban las plazas de toros a Felipe. Pero ha pasado el tiempo -y la verdad desagradable asoma- y han muerto los viejos del ambulatorio de Felipe y en España acabará sumando el PNV en la España Suma de Sánchez y nos iremos todos donde picó el pavo.
He querido comprobar que hay un socialismo irreductible que empieza y acaba en Sanse. Los barones doblaron la testuz y no perdonan los años.