El virus socialista es ausencia de control parlamentario, gobierno por decreto y opacidad informativa. Los ciudadanos, los contribuyentes y las empresas estamos reducidos a la aceptación obligatoria de las decisiones gubernamentales.
No es casualidad que el Covid-19 haya surgido en un país comunista y opaco como China. Además del desastre sanitario, una ola de estatismo, intervencionismo y protagonismo de lo “público” amenaza la cultura de libertad y responsabilidad recuperada en la década de los años ochenta y noventa del pasado siglo. Es una revancha: la igualdad socialista pretende imponerse en detrimento de la libertad.
El Comisario de la UE de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, lo expresa con claridad en su entrevista de ayer en el diario El Mundo: “Aumentará la presencia del Estado. Será de forma permanente. Tendremos que acostumbrarnos a no considerar como una carga los sistemas públicos de salud o de seguridad, a no considerarlos como un problema que hay que reducir, sino como un activo esencial de una sociedad. Se cuestionarán las políticas de los últimos años de reducción del papel del Estado, de reducción de los servicios públicos, de reducción de la fiscalidad y va a poner en relieve la necesidad de reformar desde el mercado laboral hasta los instrumentos de lucha por las desigualdades porque la crisis ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la parte más débil de la sociedad”.
Me voy a permitir una visión positiva de recuperación. Es más que probable que en pocos meses la ciencia cuente y suministre un tratamiento eficaz para los infectados y una vacuna que permita neutralizar al virus. Resuelta la excusa sanitaria de los estatistas, tendremos que hacer frente al mundo globalizado y competitivo (que volverá a su plena vigencia de viajes e intercambios) de las sociedades abiertas y libres.
Después de vencer al virus Covid-19 cumple vencer al virus socialista de limitación de las libertades y de la sociedad civil que nos anuncia el Sr. Borrell. Será una batalla en la opinión pública en la que la derecha política española no se encuentra preparada. Largos años de tecnocracia funcionarial del rajoyismo han dejado en manos de los podemitas y estatistas de todo género el discurso de la superioridad de lo “público” (es decir, del gobierno) y de lo igualitario.
En el tiempo presente se trata de evitar, de limitar, que las actuales medidas excepcionales y coyunturales se conviertan en normales y permanentes que, por lo que se ve, son el ideal de socialistas moderados como Borrell y aplicadas con entusiasmo por Sánchez e Iglesias.
Sugiero que al virus estatista, socialista, se proponga una vacuna de libertad. En las próximas semanas asistiremos a un debate general sobre más o menos Estado. Hoy, el debate político pasa por una alternativa concreta a las iniciativas autoritarias del gobierno que está aprovechando la situación de Estado de alarma:
1.- Recuperar el protagonismo del Parlamento. Es el ámbito de representación de la Nación y el contrapeso del poder, hoy ilimitado, del gobierno. Los autoritarios detestan el pleno del Congreso pues en él tienen que escuchar y debatir en público, a diferencia de las entrevistas en TV con periodistas complacientes. La prórroga del estado de alarma puede hacerse por siete días (en lugar de quince días) de modo que, al menos, habría un pleno a la semana.
2.- Exigir en el Congreso el derecho a la información. Por ejemplo, los contribuyentes queremos saber el nombre de quién decidió e intermedió (es decir, el comisionista) la compra multimillonaria y fraudulenta de los test del coronavirus que fueron el “timo de la estampita”.
3.- Dado que el presidente Sánchez es incapaz de convocar a un gran acuerdo como el Pacto de la Moncloa, con el espíritu constitucional de la Transición, que hubieran aceptado el PP y Cs, y tampoco un gobierno de gran coalición, el horizonte anticipado de elecciones generales debe ponerse sobre la mesa.
Friedrich Hayek advirtió, al final de la II Guerra Mundial, sobre los peligros y perjuicios del dañino “camino de servidumbre” de los socialistas de todas las tendencias. La vacuna contra el Covid-19 acabará con la epidemia; precisamos la vacuna de la libertad para hacer frente a la amenaza estatista podemita y socialista.