Hay decisiones difíciles de explicar y luego está lo de Ciudadanos en Murcia. Y no porque Murcia sea Jauja ni López Miras, Charles de Gaulle. Quizás haya mil motivos para destronarle, pero la gente aún no entiende qué cambió en Murcia este 10 de marzo en relación a días, semanas o meses anteriores que justifique una moción de censura.
Basta ver la oleada de incomprensión que ha generado el órdago lanzado desde el propio gobierno murciano para barruntar que en algo han fallado sus promotores. Y cuando la gente no comprende, especula y piensa lo peor.
Inés Arrimadas es la primera que ha alimentado las suposiciones porque no hace ni un estado de alarma que descartó involucrarse en más aventura que la lucha contra la pandemia.
Hay que decir que Arrimadas aún salía guapa en la hemeroteca, casi un milagro entre líderes que prometen una cosa y la contraria de un día para otro y con absoluto desparpajo. ¿Por qué ha decidido desfigurarse? ¿Sólo por Murcia?
El votante tipo de Ciudadanos habría entendido que Arrimadas pactara con el PSOE y contra el PP en Murcia dentro de una estrategia nacional que incluyera, por ejemplo, el compromiso de Sánchez de no volver a apoyarse en Bildu. O a cambio de poner punto final a la "mesa de diálogo" con los independentistas de Cataluña.
Una jugada así, tal vez habría devuelto la épica a un partido que ha ido perdiendo los rasgos que lo convirtieron en alternativa. Pero ayer sólo tuvimos noticia de Murcia. Y ya luego pidió la vez Ayuso.
Tal y como vienen degenerando los acontecimientos, podríamos estar ante una monumental chapuza de Ciudadanos. Bastará con que alguno de sus diputados en Murcia se indiscipline para que la moción no salga adelante y haya que ir a las urnas. Viendo cómo está maniobrando López Miras esa posibilidad se antoja incluso probable. En Madrid, ya se sabe, las elecciones tienen fecha.
¿Qué resultado puede esperar Aguado en Madrid el 4 de mayo? ¿Y la flamante presidenciable Martínez Vidal cuando haya que ir a votar en Murcia? Conviene recordar que aún no se ha cumplido un mes de los calamitosos resultados de Carlos Carrizosa en Cataluña.
Precisamente cuando hay decisiones difíciles de explicar es cuando hay que explicarlas. Ayer, en el día más convulso para Ciudadanos desde que lo preside Arrimadas, muchos se quedaron esperando una aclaración suya. Pero solo puso un tuit.