Oficialmente es verano. Digo oficialmente porque este año se nos adelantó con una ola de calor desesperante en gran parte del hemisferio norte del planeta. Desde Kansas me dicen que se cuentan por miles las vacas que han muerto por las altas temperaturas. En Madrid no fallecieron reses por puro milagro, aunque esa palabra no sea demasiado precisa para usarla en una columna de ciencia.
Para estar a tono con el momento, hoy te hablaré de algo refrescante: recomendaciones desde la ciencia para aliviar la canícula, en ocasiones infernal, que ya tenemos encima.
Tomar una ducha o baño frío parece una medida obvia que el cuerpo agradece, pero de vez en cuando se nos olvida. Con esta acción estamos reduciendo nuestra temperatura central y ayudamos a que las funciones vitales se equilibren.
En caso de no ser posible, se puede sustituir por paños fríos o bolsas de hielo en el cuello y las muñecas. ¿Por qué en estos lugares de la anatomía? Estos puntos de pulso son áreas donde los vasos sanguíneos están cerca de la piel, por lo que al refrescarlos se enfriará todo el sistema circulatorio.
¿Qué hacemos para enfriar el hogar? Lo esencial es jugar con la temperatura exterior. En el momento del día en que bajen, se debe aprovechar para generar corrientes de aire y así desplazamos las masas cálidas acumuladas en el interior. Eso sí, en cuanto suban las temperaturas, lo mejor es aislarnos.
Si tienes ventanas que miran en la dirección del sol desde la mañana hasta la tarde, cierra las cortinas o persianas sobre ellas para evitar que la luz solar entre directamente en la casa y la caliente.
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También puedes instalar cortinas opacas para aislar la habitación y reducir los aumentos de temperatura durante el día.
Si usas aire acondicionado, algo común en España, la recomendación es no ponerlo por debajo de 21 grados, recuerda que para enfriar expulsa aire caliente contribuyendo al aumento de la temperatura exterior alimentando el ciclo. No es necesario emular la vida de los pingüinos para estar a gusto en verano.
¿Qué hay con abanicarnos? Recuerdo que uno de esos test de habilidades intelectuales que alguna vez hice se preguntaba si al abanicarnos aumentábamos o disminuíamos la temperatura de una habitación. La respuesta es que se aumenta.
Con el gesto de abanicarse desplazamos la capa de aire caliente que recubre la cara y ese aire se eleva, contribuyendo al aumento de la temperatura del sitio. Una nueva capa de aire frío nos recubre, pero inmediatamente la calentamos con nuestro calor corporal. Si repetimos el gesto la enviaremos hacia arriba al igual que la anterior. Luego de varios ciclos, la velocidad con que sube la temperatura aumenta. Lo que parece una solución a corto plazo, a la larga se nos vuelve en contra.
El uso de sábanas transpirables es otra de las recomendaciones que se hacen. Ten en cuenta que el algodón es uno de los materiales más transpirables, por lo que las sábanas de este material te ayudarán a mantenerte fresco durante la noche.
Un dato a tener en cuenta es que cuanto menor es el número de hilos del algodón, más transpirable es. También se dice que dormir en el suelo es más fresco y no lo dudo. Como ya te comenté, debido a su menor densidad, el aire caliente sube, por lo que en las zonas más bajas de la habitación “coincidirás” con las capas más frías de aire.
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Te cuento que, en mi Jovellanos natal, siguiendo esta lógica, serruché las patas de mi cama enfrentándome a la airada protesta de mis padres.
Mas no hay que ser tan drástico, con trasladar tu colchón al suelo será suficiente. En el caso de tener un sótano, puedes pernoctar en un saco de dormir aquellas noches de calor elevado.
En varias ocasiones he escuchado que para mantenerse fresco sin aire acondicionado es aconsejable refrigerar o incluso congelar los calcetines, las mantas y la ropa que usamos para dormir. He decirte que no es una buena idea.
Debido a la cantidad de energía que pueden absorber de tu cuerpo, estarán calientes en cuestión de minutos. Por experiencia propia, en mi juventud lo de poner una toalla húmeda para dormir sobre ella sólo te llevará a manchar el colchón, por no hablar de las broncas de tus familiares.
Por último, te recomiendo jugar con los espacios dentro del hogar. Aquellas habitaciones que no se estén usando, mantenlas cerradas. Así concentraras el aire fresco sólo en las áreas ocupadas de la casa.
El uso de extractores en la cocina y los baños también ayudará a sacar el aire caliente y reducir la temperatura del hogar, no lo olvides.
Otra cosa a tener en cuenta es el momento en que cocinas, fundamentalmente si usas el horno. ¿Cuándo? Por las mañanas en lugar de por la noche.
Y, por supuesto, bebe agua. Aunque de ello te hablaré la semana que viene.