Las aguas del Mediterráneo casi queman y aquí todos esperamos ya a que se adelanten las tormentas de septiembre. A que la gota fría madrugue contribuye el calentamiento global, que nadie se atreve ya a discutir. Tampoco que, un año más, la cultura mediterránea arde, como sinónimo del buen vivir en esta Europa vieja que prefiere sujetar la inmigración antes que tener más hijos.
Esta tarde en la plaza de toros de Alicante (15.223 espectadores) el empresario Nacho Lloret (Eventos Mare Nostrum) ha convencido al diestro José Tomás para su segunda tarde este año, después de la calorina vivida en Jaén. Cuatro toros de Juan Pedro Domecq, los Garcigrande de Domingo Hernández, Victoriano del Río y Toros de Cortés, el segundo encaste de del Río.
El cartel, que como es costumbre le ha pintado y regalado Miquel Barceló, es emocionante. Intuyo que los reventas ya estarán preparando impresiones digitales para hacer, claro, el agosto.
Allí estaremos, entregados, habiendo dejado en la pitiusa mayor el sentido crítico, que para algo estamos de vacaciones. Para cenar, el extremeño Quique Dacosta (50), uno de los pilares gastronómicos de este mar encerrado, me recomienda lo de Carlos Bosch (El Portal), de pie, tipo El Piripi del grupo Gastronou o La Taberna del Gourmet de Mari José San Román. Me llevo a Mikel Urmeneta, que aceptó la invitación, aunque él es más de Ronda, de Zahara y pamplonica, claro. “Voy, pero de negro, ya sabes”. Ir con Urmeneta te garantiza que los caza celebrities del callejón te disparen una instantánea. No es poca cosa.
El canadiense Tyler Brûlé, “Mr. Monocle”, ha rescatado su formato de periódico tabloide tras la pandemia. En los buenos quioscos -los quioscos no mueren, pero desaparecen los que no aportan un valor diferencial- se encuentra Mediterráneo, el periodico sábana. Our sunny newspaper is back!, reza el eslogan del periódico sin periodicidad que se vende a 5 euros, creado en Zúrich, editado en Londres e impreso en Konstanz (Alemania), y en el que que la Oficina de Turismo de España anuncia que molamos mucho, con una separata de 8 páginas bajo el título “Reimaginando España”.
En Ibiza, la gastronomía se ha convertido en la canción del verano. En reportajes anteriores he dado buena cuenta de la lista de imprescindibles tanto para el gourmet como para el que posturea en el Instagram. Añadan los lectores uno más: el viejo hostal Mar y Sal, en el que descansaba sus huesos Antonio Escohotado. Ha sido rescatado por José, el promotor del pequeño Bar Milagros en Santa Gertrudis cuyas albóndigas son tan ricas que no mejoran si las llamas almóndigas.
Lo que está haciendo el periodista antequerano Joaquín Torreblanca en NAUTIK MAGAZINE, la revista de la economía azul, es contar la vida a través de las aguas. En Mallorca, el médico y empresario Juan Abarca, generoso impulsor de HM Hospitales, ha cogido este año y los próximos cuatro para competir. Y el HM Hospitales se pelea la proa contra el gaditano Fede Linares, presidente de EY, y su tripulación en El Brujo. Este año se incorpora también el coleccionista cántabro Jaime Colsa con su Palibex. Buen viento para todos.
La regata Mapfre ha devuelto a Mallorca la vida, y seguirla contada por NAUTIK es como cuando aprendíamos de ciclismo escuchando a Perico Delgado aquellas tardes de julio.
El rey barbado, Felipe VI, ya no navega en un Swan. Leonardo Ferragamo, el armador italiano, me dijo en una cena en Italia que se lo hubieran vendido por 1 millón de euros cuando costaba más de 5. Querían que se comprometieran a utilizarlo, pero el gobierno lo rechazó.
¿Fuimos mojigatos renunciando a que el monarca navegase en uno de los mejores veleros del mundo sólo por si se incendiaban las redes? Creo que sí. La vela necesita (y yo estoy comprometido con ello) quitarse el estigma de deporte de ricos. El esquí lo consiguió. Y es una de las misiones de NAUTIK. Aquel Aifos, Sofía al revés, sigue siendo un Aifos, pero ya no es un Swan.
El Rey estará con la nautica en el Salón Náutico de Barcelona, que tan bien preside el navegante y empresario Luis Conde. Haber naufragado como lo ha hecho Conde, con su hijo pequeño, y escribir un libro sobre aquello, te proporciona toda la auctoritas para presidir el Salón y lo que te de la gana. A Luis no le hace falta auctoritas: estar cerca de él es aprender. Por primera vez el Salón Náutico, que se celebrará entre el 12 y el 16 de octubre en Barcelona, ocupará tres muelles para celebrar su 60 cumpleaños. Allí estaremos también.
Y es que el Mediterráneo se ha vuelto a fijar en Barcelona. Marc Puig, organizador de la regata Puig de Clásicos, se hizo el pasado julio una foto con Grant Dalton, director General del Emirates Team New Zeland. La ciudad ha acertado apostando por el Mediterráneo de nuevo. Aplausos para Jaume Collboni (esposo del televisivo Óscar Cornejo), primer teniente de alcalde de Barcelona, cuya apuesta por meter a la ciudad (y quitarle la caspa de asociar la vela, el deporte del viento, a la riqueza) ha sido muy inteligente y será muy rentable.
No hay verano sin selfie náutico. La economía azul ya es, como lo fue la sostenibilidad, un territorio a defender por todos. El señor Armani fondea por Ibiza en su yate de 60 millones y Vicente Ganesha anda esperando que dé orden a su tripulación para bajar a comprarle sus vestidos indios. Miguel, de ROTO, ha abierto este año Mechero, y la otra noche nos invitó a un acústico sorpresa de Leiva. Escuchar a Leiva descalzo en la arena, él sin perder un ápice de rocker a lo Willie DeVille, es de esas cosas que el Mediterráneo te regala. En este mar hay demasiado corazón.
Si quieres navegar pero no te quieres complicar la vida con el mantenimiento, La Juliana te está esperando, pareo incluido. El bigote de su marinero mejicano es todo glamour. Por la noche, a bailar al Chinese Club de Ibiza, a cenar con Boris Buono en el Ibiza Food Studio y, ya amaneciendo, tira de prismáticos, a ver si divisas el nuevo velero de Lorenzo “Camper” Fluxa, el Sinchronicity. Ya sabes, el superventas de The Police.