A estas alturas de diciembre unos van haciendo examen de conciencia y propósito de enmienda y otros compran lencería roja, que es lo único con lo que se ha quedado Pedro Sánchez de cómo se cierra el año. Por eso salió ayer a hacer un streptease delante de la prensa y a venderse él y su Gobierno.
No tiene pensado apuntarse al gimnasio porque los guapos son así y mucho menos adelgazar el Ejecutivo. Tampoco reconocer ante los españoles sus pecados. Decirles, por ejemplo, que gobernar a base de real decreto es poco democrático, él que tanto presume de soberanía popular; que usar el dinero del común con fines electoralistas de aquí a mayo cuanto menos está feo; y que vender que ha equiparado la sedición y la malversación al resto de códigos penales europeos es una falacia del tamaño de la catedral de León, pero sin gótico, ni arbotantes, ni nada.
Y para distraer la atención de los telespectadores empezó a sacar billetes del bolsillo de la americana como los magos mediocres sacan pañuelos de la manga y se les atasca el truco. Sacó cheques de doscientos euros, porque para qué vamos a hablar de desempleo y de enseñar a pescar para que las familias coman todos los días si para eso ya está Cáritas.
Se sacó de la manga, también, una intervención de los alquileres al más puro estilo república de mírame y no me toques del otro lado del Atlántico. Y una bajada del IVA de los alimentos de primera necesidad que no se aplicará a la carne y al pescado porque qué es eso de que los padres quieran que sus hijos crezcan…
Por lo visto la carne y el pescado no son de primera necesidad, como si las familias se dedicaran a comprar jamón del bueno de primero, de segundo y de postre. Las proteínas que las saquen de morderse la lengua porque Sánchez no acepta críticas. Se le atascó el truco cuando llegó a lo de los combustibles porque el Falcon no usa ni gasolina ni gasoil, que como funciona con queroseno y Moncloa ya sólo es una empresa de transportes vino a decir que no mantener el descuento a particulares a él plin.
Y el truco se vino abajo del todo cuando habló de Cataluña para señalar que “podrán reclamar lo que quieran pero no se va a producir”. Lo malo de repetir constantemente los trucos es que todos los espectadores le encuentran las costuras. Este es el mismo de cuando prometió que no pactaría con Bildu: “Cuántas veces se lo tengo que repetir”.
Pero esto es lo que nos espera hasta mayo, streptease cada vez que le pongan un micrófono delante y ver más dinero circulando en pagas, ayudas y mamandurrias del que ha impreso la Reserva Federal americana en toda su historia. Pero será ya el próximo año y para eso queda mucho…. Hasta entonces Yolanda, Garzón, Montero y los demás le han escrito a Sus Majestades de Oriente una carta que han firmado todos en el consejo de ministros para contarles que han sido ejemplares y que por eso quieren para el próximo año veintidós paisitos que gobernar, porque cada uno quiere ser presidente de su propia república.
Pedro ha mandado otra carta por detrás, explicando que a él la democracia (monárquica o republicana) en España le da igual, que lo único que quiere para el próximo año es seguir siendo guapo.