Prometió Feijóo que los derechos LGTBI no se tocan. Y salió un cómico a advertir que estarán muy atentos de que cumpla. Lo que es cómico es ver cómo fiscalizan al Gobierno hipotético viendo lo que hacen con el Gobierno existente, que es el que les da de comer.
Y es cómico que se centren en esto, porque toda la lógica del sistema es la corrección hacia el centro. Nadie hace más de lo que promete. Y mucho menos un político centrista y moderado como Feijóo.
Siempre se incumple por defecto. Y eso es algo tan sabido, tan asumido, que explica por sí solo por qué la estrategia del miedo ya no funciona ni entre el votante independentista.
Vigilar que Feijóo no prohíba el matrimonio homosexual sería como vigilar muy mucho, con fact-checking y entrecejo de politólogo, que Yolanda Díaz no acabe regalando a los jóvenes 40.000 euros o un millón donde sólo prometió 20.000. Y de ahí que la pregunta sea siempre, entre los escépticos tanto como entre sus entusiastas, por qué no promete más, si más dinero es siempre mejor que menos.
Porque la verdad de la promesa se muestra siempre en su límite, en aquello que ni un político en campaña se atreve a prometer. Por eso salió Yolanda muy seria a decir que eso sería un poquitito de PIB y que se pagaría como se pagan siempre estas cosas. Un poco de su bolsillo, señora, y otro poco del mío. Porque el nivel es tan lamentable que ya basta con saberse un par de cifras para parecer bueno, posible y hasta razonable.
Y de ahí que sea ridículo, pero francamente interesante, ver a los suyos salir a explicar lo bien que van 20.000 €. Respiren, señores, que si hubiese que explicarlo no lo hubiese prometido. Que parece que no la conozcan. Y que nos tengan a todos por tontos.
Ya sabemos lo bien que van 20.000 €. Yo hasta tengo un Excel que me lo explica a diario. Y una fe ciega en el interés compuesto. Pero esos 20.000 € van muy bien, como todo, cuando sabes qué hacer con ellos. Es decir, cuando sabes qué hacer con tu vida. Que suele coincidir, además y por desgracia, con el momento justo en el que esos 20.000 € los has logrado ahorrar tú, por tu cuenta y esfuerzo. Y no a los 18, cuando sólo te han sido prometidos.
20.000 € pueden ser todo el Fuck you money que necesites para poder mandar a tu jefe a eso mismo y dedicarte a lo tuyo. 20.000 € a la edad correcta y en el momento justo pueden ser una magnífica herencia. Incluso la mejor de las herencias, la que te da la libertad justa para hacer lo que debes hacer con tu vida. Pero esos no son los 20.000 que promete Yolanda Díaz.
Yolanda promete, como prometen siempre los políticos, una ayuda finalista. Yolanda no quiere que te los gastes en chuches. Yolanda quiere que te los gastes en formarte o en emprender. Es decir, lo que quiere Yolanda es que esos 20.000 sirvan para financiar a notarios y Universidades, del mismo modo que las ayudas al coche eléctrico no sirven para abaratar el coche, sino para financiar a las automovilísticas.
Y es gracioso, casi cómico, que en esta su enésima promesa de Navidad para que los niños sean buenos (al menos un día al año, que esta vez cae en 23-J), lo que propone Yolanda sea exactamente lo que proponía la derecha neoliberal en la penúltima crisis, cuando se hablaba del paro juvenil como un problema. Como si tuviese solución. Que se formen y que emprendan, decían entonces.
Como ellos entonces, Yolanda está mandando a los jóvenes a pagar másters universitarios rezando para que la acumulación de títulos disimule la falta de formación. O a emprender, como si en cada uno de nosotros se escondiese un Mark Zuckerberg un poco corto de cash.
Mejor sería que los mandase directamente a hornear pasteles y a venderlos por Instagram. Aunque de todos es sabido que OnlyFans funciona mejor.