Leo en El País a una tal Helen Hester quejarse de la necesidad de trabajar. "Si no vendes 40 horas o más de tu tiempo cada semana, te expones a no tener hogar, a la indigencia, al hambre". ¡Paren rotativas, que esta chica ha dado con algo! 

Decía George Orwell que hay tonterías tan grandes que sólo un intelectual podría creérselas.

Y sólo una filósofa socialista, heredera de esa estirpe de peritos de la molicie que empieza con Marx y llega hasta Ernesto Laclau, Slavoj Zizek, Owen Jones y tantos otros, podría haber llegado a la conclusión de que los humanos necesitan trabajar para sobrevivir porque todavía no han logrado esclavizar a una raza de chimpancés mayordomos, con cofia y plumero, que les metan las papayas en la boca mientras ellos se rascan las bisectrices de la panza a dos manos.

Mi problema con el socialismo es que lleva 150 años intentando que esos chimpancés seamos los demás. Y a mí, claro, no me sale de las narices. 

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"Israel busca una escalada regional para desviar el foco de Gaza y mantener el respaldo de sus aliados" dice otra brillante analista en otro diario español.

Y lo dice 24 horas después de que Irán haya lanzado 300 misiles y drones contra Israel.

Los israelíes, por lo visto, se dejan bombardear por los carniceros islamistas para desviar el foco de Gaza, donde lo que ocurre es que más de cien rehenes permanecen secuestrados por Hamás.

Hay que reconocer que de todas las pérfidas estrategias de las que es capaz un judío, la de ponerse debajo de los misiles iraníes para desviar la atención de sus rehenes, muchos de ellos mujeres que están siendo violadas a diario por los terroristas palestinos, es una de las más taimadas. 

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Coincide esta periodista con Pedro Sánchez, que el sábado por la noche tuiteó contra los peligros de una "escalada regional" mientras los proyectiles iraníes todavía estaban en el cielo. 

En la cabeza del presidente, los misiles iraníes no son escalada.

Escalada, escalada, lo que se dice escalada, lo es sólo la hipotética respuesta israelí. 

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"La embajadora de Israel evita los datos de Silvia Intxaurrondo sobre la masacre de Gaza" dice otro periodista hablando de la entrevista de la segunda a la primera en La 1.

Pero lo que ocurre es que los datos de Silvia Intxaurrondo eran falsos, como lo son todas las cifras que da Hamás. 

También era falsa desde el punto de vista jurídico, pero sobre todo política y moralmente, la acusación de genocidio, que en sentido estricto sólo puede aplicarse a lo que los terroristas palestinos de Hamás, a las órdenes del régimen teocrático iraní, intentan hacer con los judíos en Israel. 

¿Pero a quién le interesa ya la verdad en RTVE?

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Irán ha lanzado sus misiles y sus drones para que fueran "interceptados" y "sin buscar objetivos civiles" ha dicho Josep Borrell. 

Le ha faltado decir que los misiles estaban caducados y que eran cero emisiones, además de bonitos. 

Le ha faltado también exigir que Israel dé las gracias por la magnanimidad exhibida por los criminales iraníes.

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"No nací feminista. Yo he participado de la crueldad de las mujeres porque era la crueldad impuesta" dice una tertuliana del círculo de Podemos. 

Acabáramos.

Que las mujeres puteen a otras mujeres es también una imposición del machismo. Ojalá yo pudiera vivir así de feliz, sin que las consecuencias de mis propias acciones recayeran jamás sobre mi conciencia, sino sobre la de Bertín Osborne. 

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Leo también en varios diarios: "El Banco Mundial advierte de que la brecha entre países pobres y ricos se agranda".

El Banco Mundial obvia que desde la globalización del capitalismo los países pobres son cada vez menos pobres. Ninguna ideología, ningún Estado del bienestar, ninguna religión, ninguna igualdad, han sacado a tanta gente de la pobreza como el capitalismo y su prima hermana la tecnología.

Ninguna idea, en sentido contrario, ha hundido a tanta gente en la miseria como el socialismo.

Eso son factos. 

Así que lo que debe de preocupar en el Banco Mundial no es que los pobres salgan de la pobreza, sino que la distancia entre el más pobre y el menos pobre, aunque igualmente pobre, esté dentro de unos márgenes que no ofendan su sensibilidad.

Está bien saberlo. 

Recordemos que cuando todos se mueren de hambre, no hay desigualdad y la brecha se reduce a cero. El Holodomor, en ese sentido, fue exquisitamente igualitario. 

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"Se está demonizando a Broncano", le leo a un periodista, "porque es joven, hace las cosas de un modo distinto, mueve masas y es inteligente".

Analicemos.

"Joven" = Broncano tiene 39 años. En diciembre cumple los 40. 

"Hace las cosas de un modo distinto" = Broncano, como todo el mundo sabe, inventó el género del talk show en 1951, cuando se llamaba Joe Franklin. 

"Mueve masas" = 0,06% de cuota de pantalla y 5.000 espectadores en las dos primeras semanas de abril. Pablo Motos tiene 2,5 millones espectadores de media diaria. 

"Es inteligente" = el momento álgido del programa de alto CI de Broncano llega cuando le pregunta a su invitado cuántas veces ha follado este mes. 

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Leo también: "El concepto del placer para las nuevas generaciones es cada vez más amplio".

"Para ellos", añade el autor de la reflexión, "las relaciones sexuales van mucho más allá de los genitales, la penetración y el orgasmo". 

A ver si las "nuevas generaciones" están confundiendo el sexo con hacerse un café, que también es un "concepto del placer" que "va más allá de los genitales, la penetración y el orgasmo". Sobre todo si no te lo bebes y te limitas a mojar el codo en la taza. 

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"Ante el aumento de los problemas de convivencia" dice un reportaje sobre una escuela con novedosos sistemas de enseñanza, "este instituto diseña un programa donde los chavales expresan sus sentimientos y reciben apoyo de especialistas".

"¿Logros académicos? Lo primero es ayudar al alumno a sentirse bien consigo mismo". 

Claro que sí, hombre. ¿Logros académicos en un instituto?

pa k kieres saber eso jaja salu2 

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Leo una adivinanza que me gusta obra de la "activista, escritora y educadora social aimara" Adriana Guzmán:

"Nosotras no hablamos de feminismo indígena, sino comunitario, igual que se habla de feminismo materialista, no de feminismo blanco, aunque sea blanco".

Yo diría que la respuesta es "la gallina".

O "una gallina indígena, aunque sea blanca". 

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"Mientras Sánchez condenaba la ofensiva iraní y pedía a todos los líderes internacionales contención en la respuesta para frenar la escalada bélica", dice un tuit de El País, "Feijóo lamentaba que el Gobierno hubiera quedado otra vez de último en la defensa de las libertades". 

Y después del relato, la realidad:

Pedro Sánchez no condenó el sábado por la noche el ataque de Irán, como sí lo hicieron todos los líderes de las democracias occidentales. Y entre ellos los de Estados Unidos, Francia, Alemania y Italia.

El domingo por la mañana, presionado por las críticas, y a la vista del fracaso del ataque iraní, Pedro Sánchez tuiteó una condena de compromiso, reiterando de nuevo su preocupación por una hipotética escalada (israelí).

A las pocas horas, y por aquello del orgullo herido, insistió en su solución de los dos Estados. Una solución que no quieren, para empezar, ni los propios palestinos. 

En cuanto a la petición de "contención" a "los líderes internacionales", baste decir que todos hicieron lo contrario de lo que hizo él.  

Feijóo, por tanto, tiene razón: Pedro Sánchez fue el último de los líderes democráticos occidentales que se manifestó en defensa de las libertades. 

Esto también son factos. 

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"Es inaudito que el alcalde de una ciudad como Madrid, de la que se supone, o al menos de eso presumen, diversidad y tolerancia, no acogiera en su fiesta más que a personas de la derechota" dice Elvira Lindo.

Dos preguntas.

¿Quién ha sido el sexador de pollos que se ha encargado de comprobar que todos los invitados a la boda de José Luis Martínez-Almeida eran "de la derechota"?

¿Y por qué Almeida y su mujer Teresa Urquijo, de forma tan irresponsable y egoísta como carente de diversidad y tolerancia, no pusieron la lista de invitados a su boda en manos de Elvira Lindo? ¿Eh? 

Como todo el mundo sabe, Santiago Abascal se pasa el día rechazando invitaciones de boda de la izquierda española porque no da abasto con tanta diversidad y tolerancia. Aunque ya debe de andar buscando frac para la boda de Elvira.  

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Y luego dicen que el periodismo y la política están desprestigiados.

¡Qué enorme error, oigan! Lo que están es derruidos.