"Bien jugado, Apple". Eso es lo primero que he pensado cuando he visto el vídeo con el que la compañía ha abierto su evento anual de lanzamiento de nuevos productos: un desfile de personajes diversos pasándoselo muy bien.
Welcome to the new era of iPhone!
— Tim Cook (@tim_cook) September 9, 2024
Built for Apple Intelligence, the iPhone 16 lineup delivers a powerful, personal, and private experience right at your fingertips. And with the new Camera Control, you’ll never miss a moment. pic.twitter.com/zBsx9xOBl1
Poco a poco, acompañado de una música feliz, uno se va enterando de que Fulanito fue salvado de un infarto gracias al aviso de Apple Watch. De que Mengano fue rescatado después de una caída gracias al mismo sistema. Una miríada de deportistas con discapacidad sale adelante gracias a las características del dispositivo.
Por supuesto, hay un abuelo que hace FaceTime con sus nietos. Eso es ya un clásico que no puede faltar.
Y todo convence. Así que enhorabuena a Apple.
Hay cosas que tienen que ocurrir sí o sí en un evento de Apple. Hay que mencionar muchas veces "el profundo impacto" que tienen los productos. Todas las innovaciones deben ir en la línea de hacer dispositivos con más pantalla, pero más ligeros y más finos.
"Es muy fácil llevar tu Apple Watch día y noche", asegura la presentadora, revelando las intenciones de una compañía que, por lo que sea, no se quiere separar de ti en ningún momento.
Los nuevos Apple Watch cumplen con todos los criterios de innovación: delgados, ligeros y con una pantalla más grande. Fáciles de mirar, fáciles de llevar. Además, cumplen con la neutralidad del carbono. Porque si a uno le van a salvar la vida, siempre es criterio indispensable que se haga sin enviar CO₂ a la atmósfera.
Apple quiere ser tu médico y su nuevo reloj va a detectar un problema que no sabes que tienes porque está muy infradiagnosticado, el de la apnea del sueño. Con toda seriedad, desde la compañía te comentan las graves consecuencias que esta patología tiene para tu salud.
Y, claro, te convencen para que duermas con el reloj.
El nuevo dispositivo es perfecto para los deportes de agua, incluido el buceo. Y, por supuesto, también para la ducha.
La idea es que no encuentres nunca una excusa para arrancarte el reloj de la muñeca. Ni en la cama ni en el baño. Apple siempre contigo.
Sin ánimo de entrar en teorías conspiranoicas: si la empresa quiere preparar a los consumidores para instalarles un chip en el cerebro, lo está haciendo de miedo.
Hay que decirlo a tiempo. El usuario del Apple Watch es carne de transhumanismo.
Por si esto fuera poco, los nuevos AirPod Pro te pueden hacer una audiometría y convertirse, si hiciera falta, en un audífono artificial. Porque, de nuevo, "la pérdida de audición es un problema muy grave que afecta a millones de personas".
Objetivamente, son ideas empresariales brillantes. Aunque me pregunto si funcionarían igual de bien si Estados Unidos no fuera un país con un sistema sanitario deficiente y en el que hacerte una audiometría no fuera una odisea.
Pero, sobre todo, ¿queremos que Tim Cook sea nuestro médico? ¿Que sus dispositivos recojan hasta nuestra respiración? ¿Que nos midan como si fuéramos máquinas de las que sacar el mejor rendimiento? ¿Que obtenga datos que son de lo más jugoso para Estados, aseguradoras y farmacéuticas?
Apple ha apostado por la vía médica porque sabe que cuando se trata de la salud la respuesta que damos siempre es un rotundo "sí".
Y así es como empezamos a acostumbrarnos a poner precio a nuestros datos para dárselos gratis (de hecho, pagando el módico precio de un Apple Watch) a una compañía cuyas intenciones pueden ser loables, pero que también son, no olvidemos, fundamentalmente económicas.
Y después de esto, llegó el iPhone. Y aquí se les ha dado peor el marketing. "La siguiente generación de iPhone ha sido creada para Apple Intelligence", han dicho. O más bien, confesado.
El iPhone 16 no está pensado para ti. Está pensado para que Apple meta su pie en la carrera de la IA y pueda meterte en el bolsillo su modelo de prueba para que tú se lo entrenes. De la mano de ChatGPT, al que Apple le ha regalado acceso a un sinfín de dispositivos.
Las funcionalidades por ahora no parecen ser nada del otro mundo, pero todas tienen acceso a tu contenido más personal, desde los mensajes hasta el calendario.
El nuevo iPhone resume los correos electrónicos, te reescribe los mensajes y te permite hablar más y mejor con Siri. También puedes hacerle una foto a un perro que pasea por la calle para ver de qué raza es, en vez de preguntarle a la dueña. O a un restaurante, para informarte de sus horarios, en vez de entrar y consultarlo tú mismo.
Así entra la inteligencia artificial de Apple en tu mundo.
¿De verdad queremos abrirle esa puerta? Porque quizá no se trata tanto de cómo nos facilite Apple la vida a corto plazo, sino de si queremos vivir en un mundo en el que participa más la tecnología que las personas.