Hemos empezado el año como lo acabamos: sin líderes, porque la única autoridad moral que reconoce el español es la de Julio Iglesias y este no entraba en la encuesta.

El español es un pueblo sin líderes, no los necesita porque ya lidera sus cosas cada uno. Esa hidalguía íbera de "en mi hambre mando yo".  

Buscar líderes en política es como buscar vida en otros planetas, tan improbable y a la vez tan goloso. Por eso cada cierto tiempo a las empresas demoscópicas les da por preguntar por la nota que le pondrían los ciudadanos a los políticos, como si tuvieran la esperanza de que hubiese variado algo desde la vez anterior.

Al español le gustan las historias de éxito, pero cuando ya están fraguadas. Esos líderes que nacen siendo líderes. Y sobre todo le gustan las tragedias, herencia grecolatina.

Por eso a diferencia de los americanos y de medio mundo, aquí no hay películas de superación. Eso y porque no tenemos a Will Smith para protagonizarlas.

Si Albert Rivera hubiese sido americano hoy tendría dos películas, incluso sin haber sido presidente del Gobierno, pero como es español hay que preguntarse quién es Albert Rivera para que aparezca en esta lista porque España es experta en triturar y digerir a aquellos que no llegaron

Aquí, que lo mejor se nos da es criticar, lo sorprendente es que apruebe algún político. Y que lo hagan dos y encima sean del Partido Popular es como para que paren las rotativas y abra el periódico de mañana y el de pasado.

Sobre todo porque la encuesta está bien hecha, es decir: que no es del CIS.

Y eso ya es una novedad. El encargo de EL ESPAÑOL, más que una encuesta, es como un cuadro de Solana, aparecen todos retratados y entre ellos no brilla por ningún lado la misericordia.

Es curioso que no apruebe ni uno sólo de los presidentes que hemos tenido en España en el último cuarto de siglo. Como si a España le gustase estar gobernada por mediocres para mirarse al espejo cada década y poder decir: "¡qué buen vasallo, si tuviera buen señor!". 

Isabel Díaz Ayuso junto a David Bisbal.

Isabel Díaz Ayuso junto a David Bisbal. Raúl Terrel / Europa Press

Por eso la conclusión de la encuesta no puede sorprender a nadie. Que la líder mejor valorada de los últimos veinticinco años sea una mujer, sobre todo si esta es Isabel Díaz Ayuso. Ayuso es un fenómeno sociológico en medio de una España que quiere parecerse cada vez más a Madrid, por eso quiere una Ayuso en cada comunidad.

Y si el PP hubiese encontrado la forma de replicarla, Feijóo hoy aprobaría en la encuesta en vez de quedarse con un cuatro con uno por detrás de Page y de Aznar

Ayuso nació siendo lideresa. Le dieron sólo una oportunidad y se aferró a ella como si entendiera España. Y quizá porque la entiende es la que sale mejor parada de este ranking que no deja títere con cabeza.

Porque al español le gustan sólo los casos de éxito, no sus historias. Y Madrid es un caso de éxito frente a todo lo demás… incluso frente a los envites de Moncloa