La voluntad de desbloquear la situación para que haya gobierno llevará finalmente a Ciudadanos a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Aunque esa posición supone variar la posición que ha venido manteniendo Albert Rivera de no facilitar en ningún caso la reelección de Rajoy, el enrevesado panorama político que dejaron las elecciones obliga a mover pieza a los partidos constitucionalistas para evitar unas terceras elecciones.
La pelota estaba en el tejado del PP, del PSOE y de Ciudadanos, y el primero que ha movido ficha es Rivera. "Todos tenemos que ceder en algo. Los españoles se merecen que pensemos más en los españoles", dijo este martes el líder de C's tras su encuentro con Rajoy, anticipando la decisión de abstenerse que tomará hoy la dirección de su partido.
Una mano al PSOE
Se trata de un ejercicio de sensatez por parte de Rivera, que allana así el camino a una solución que ponga punto final a la situación de interinidad política que dura ya más de medio año. Aunque ni siquiera el apoyo de C's a Rajoy resultaría determinante para la investidura, lo cierto es que el anuncio de su abstención facilitará al PSOE poder actuar en el mismo sentido.
Pedro Sánchez nunca podría aparecer ante la opinión pública como el partido que facilitó la reelección, a solas, de Rajoy, porque equivaldría a dar la razón a quienes, como Pablo Iglesias, tratan de presentar a socialistas y populares como "socios". Y dado que Sánchez y Rivera ya pudieron firmar un acuerdo, C's puede servir de coartada al PSOE para la abstención. En el fondo, esa es la posición de históricos como Guerra, que ha manifestado la contradicción que supone para el PSOE decir al mismo tiempo "no a Rajoy y que no habrá terceras elecciones".
Sin gran coalición
Sin embargo, aunque evitar otros comicios está muy bien, y es seguramente lo que desea una amplísima mayoría de españoles, lo ideal hubiera sido lograrlo de otra forma, con un gobierno de consenso que ya no será posible. En primer lugar porque Rajoy le adelantó a Rivera que va a presentarse a la investidura, lo cual hace inviable un posible apoyo tanto de C's como del PSOE. Pero, sobre todo, porque no le hizo ninguna oferta de gran coalición.
Por tanto, el anuncio de Rivera de abstenerse y pasar a al oposición viene a confirmar que queda descartado un acuerdo a tres bandas entre el PP, el PSOE y C's. Al final, la falta de audacia de Rajoy aboca a España a un gobierno en minoría, y por lo tanto débil, incapaz de hacer frente con la fortaleza necesaria a los problemas. Una legisltura convulsa que durará lo que dure. Las ambiciones personales vuelven a jugar en contra del bien general.