La demagogia de Podemos no tiene límites. De hecho, resulta tan sorprendente el descaro con que apela a las emociones más primarias para obtener rédito político, como que el abuso de esta añagaza populista no acabe pasando factura a su credibilidad e imagen.
Si el martes el partido de Pablo Iglesias y sus confluencias anunciaban que no asistirían al recibimiento del rey en la puerta del Congreso "porque estarían en su escaño trabajando", este miércoles el líder de Podemos utilizó la trágica muerte hace dos días de una anciana en un incendio en Reus para justificar su desplante a Felipe VI.
A los dos días
Uno y otro argumentos caen por su peso, aunque no se pueden comparar. Que el mismo partido que aboga por estar en la calle y en las instituciones diga que saludar al jefe del Estado es incompatible con el trabajo de diputado es sólo un postureo ridículo. Echar mano -con dos días de retraso- de una desgracia que ha conmocionado a toda la sociedad para apuntalar esta decisión es, además, despreciable.
Iglesias ha alegado que Podemos no está en el Parlamento para que "la máxima visibilidad" la tengan "los besamanos" y "los desfiles" y "se hable más del rey que de la mujer que ha muerto por no poder pagar la luz", lo cual es un argumento efectista y zafio.
Escraches
Nada impide a Podemos presentar en la Cámara cuantas iniciativas considere oportunas para garantizar el suministro eléctrico a personas sin recursos o incluso para dirimir si hay o no responsabilidades administrativas en este caso en concreto. De hecho, ya ha pedido la comparecencia del ministro de Energía, Álvaro Nadal, además de convocar escraches -o sea actos de coacción- contra Gas Natural para el sábado.
Podemos aprovecha tanto el recibimiento de Felipe VI en el Parlamento como la tragedia de Reus para acaparar el foco mediático y hacer ruido en la calle contra una empresa del Ibex sólo porque ambas cosas favorecen su relato. Establecer una relación causa-efecto entre un corte del suministro eléctrico y una muerte en un incendio es demasiado atrevido.
Ara Reus
Es verdad que no está claro que la eléctrica cumpliese su obligación legal de comunicar a los servicios municipales de cualquier corte de luz. Pero el modo en que Podemos se apresura a demonizar a Gas Natural contrasta con la rapidez con que exonera al ayuntamiento de Reus -en cuyo gobierno municipal participa Ara Reus- de su responsabilidad de conocer y remediar las situaciones de vulnerabilidad de sus vecinos.
Debates tan serios como el de la pobreza energética o el de la asistencia pública a personas sin recursos no deberían ser encarados desde posiciones tan demagógicas como en las que se instala Podemos.