Juan Vicente Herrera ha vuelto a cantarle las cuarenta a Mariano Rajoy; en esta ocasión, por la vía de los hechos. Cansado -más que acostumbrado- a ejercer de Pepito Grillo del PP, el presidente de Castilla y León ha revelado que ha escrito una carta a su jefe de filas para comunicarle que no volverá a presidir el partido en su comunidad.
Herrera alega que el congreso regional del PP abre la oportunidad “más natural y razonable” para su relevo y enmarca su adiós en la “normalidad”. Sin embargo, se trata de un portazo medido tanto en la forma como en el fondo. La misiva recuerda a la que también hizo pública José María Aznar cuando, harto de Rajoy, abandonó la presidencia de honor del PP.
Planta a la dirección
Al dar a conocer su carta, Herrera priva a Génova de gestionar el anuncio de su despedida y deja patente que planta a la dirección nacional del PP, que llevaba una semana tratando de convencerle de que continuase. Al plantear su salida como coherente con su decisión de dejar la presidencia en 2019, en virtud del compromiso de limitación de mandatos adquirido en su pacto de Gobierno con Ciudadanos, da una lección de honradez política frente al regateo constante y la lectura tergiversada que hace Rajoy de su acuerdo de investidura con Albert Rivera.
Juan Vicente Herrera ya era presidente de Castilla y León cuando suscribió su acuerdo con Cs pero, al contrario que Rajoy, no ha dudado un momento en que la limitación de mandatos le concernía. Se podría alegar que lleva en la Presidencia de la Junta 15 años -tantos como Rajoy en ministerios y al frente de la oposición antes de ganar a la tercera-, pero de lo que no se puede dudar es de que mientras uno cumple, el otro no.
Jubilarse a tiempo
Por otro lado, el adiós de Herrera, nacido el mismo año que Rajoy, es congruente con la defensa que él mismo ha hecho en otras ocasiones de que en política hay que saber jubilarse a tiempo. Una actitud en las antípodas de la de Rajoy, que hace un mes deslizó que volverá a presentarse.
Tras las elecciones municipales de mayo de 2015, en las que el PP perdió 2,4 millones de votos, Herrera fue el único barón territorial del PP que alzó la voz para, en una entrevista radiofónica, pedirle a Rajoy que “se mirase en el espejo” y pensase si se tenía que volver a presentar. El verano pasado volvió a pronunciarse para pedirle que el congreso nacional del PP fuera el “revulsivo” que necesitaba el partido. Ahora el presidente de Castilla y León ve en su propia despedida el modo de obligar a Rajoy a mirarse de una vez.