El mantra “España nos roba” ha servido al separatismo para confundir a parte de la sociedad catalana, alistar fieles a la causa de la ruptura y pervertir el sentido de las diadas, pero no se sostiene. Ni el desglose territorializado de las inversiones en infraestructuras en Cataluña durante la última década, de 8.300 millones de euros, ni los 4.200 millones anunciados este martes por Rajoy permiten sostener la falacia del maltrato. Más bien lo contrario.
El Gobierno ha anunciado esta lluvia de millones para impulsar el Corredor Mediterráneo y obras en Cercanías y aeropuertos hasta 2020 horas después de que Puigdemont denunciase en Harvard una “involución democrática” en España. Además, la visita de Rajoy, acompañado por Sáenz de Santamaría y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha coincidido con la publicación en El Periódico de Catalunya de un artículo en el que el presidente catalán y su número dos en el Govern, Oriol Junqueras, se quejan de falta de inversiones. Las cifras convierten en papel mojado ese victimismo separatista.
‘Cláusula de incumplimiento’
La consejera portavoz, Neus Munté, ha pedido una “cláusula de incumplimiento” y ha recordado que el Presupuesto comprometido en infraestructuras hace dos años no se ejecutó por completo. La Generalitat se pone así la venda antes de la herida, pero lo cierto es que la presentación de esta inversión ante el empresariado compromete absolutamente a Rajoy ante la sociedad civil catalana.
Está la Generalitat en su papel al no confiar en las promesas, del mismo modo que siempre ha subrayado que el Estado castiga a Cataluña, porque precisamente de mantener este discurso depende la supervivencia del separatismo. Sin embargo, los números reales de las inversiones del Estado entre 2006 y 2015 dan más razones al resto de Comunidades para sentirse agraviadas que a Cataluña para creerse marginada.
Inversiones territorializadas
La plataforma Convivencia Cívica Catalana ha agregado por regiones las partidas presupuestarias y el resultado dinamita la propaganda de la Generalitat. Cataluña recibió el 18% de las inversiones totales del Estado en infraestructuras, una partida equivalente casi a la suma de las destinadas a la Comunidad Valenciana (9% del total), Madrid (5,4%) y el País Vasco (4%).
La Generalitat ha sido la niña mimada de los gobiernos de Zapatero y Rajoy. Los 4.200 millones comprometidos ahora triplicarían el ritmo inversor de la última década. Lo que no está claro es que Rajoy sea capaz de aprovechar esta nueva inyección de millones para dejar sin argumentos al separatismo.