Mariano Rajoy tiene hasta el jueves para decidir si pide la dimisión al presidente de Murcia o si pierde esa Comunidad en la moción de censura registrada por el PSOE. Lo correcto hubiera sido que Pedro Antonio Sánchez dejase su cargo hace más de un mes, cuando supo que iba a ser investigado por el caso Auditorio, pero Génova le permitió eludir la asunción de responsabilidades políticas mientras no se decretase la apertura de juicio oral.
El presidente de Murcia se parapeta ahora en ese burladero y se resiste a dar un paso atrás pese a que la Audiencia Nacional acaba de pedir al TSJ murciano que lo impute, también, por su relación con la trama Púnica. La exposición razonada del instructor para investigar a Sánchez es tan demoledora que, incluso en el improbable caso de que el TSJ murciano declinase investigar, intentar blindarlo en el cargo sería incompatible con el decoro político. La situación es muy complicada para Génova porque los populares murcianos han cerrado filas con su presidente y porque la moción se debate este miércoles. A Rajoy, en contra de su costumbre, no le queda más remedio que tomar una decisión.
Campaña reputacional
Meses antes de convertirse en presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez encargó al empresario púnico Alejandro de Pedro una campaña para limpiar su imagen en internet a cambio de contratos públicos futuros. Aunque hay correos, whatsapp y llamadas telefónicas que acreditan este acuerdo, la Fiscalía consideró que no había razón alguna para pedir su imputación porque los trabajos no llegaron a realizarse, pues De Pedro fue detenido antes de ponerse manos a la obra.
El juez Velasco se basa en jurisprudencia del Tribunal Supremo para mantener que, aunque no llegó a producirse un perjuicio patrimonial al erario, la mera concertación para defraudar constituye un delito de fraude. Además, aprecia cohecho y soborno en la actuación del presidente regional.
Espaldarazo a Cs
Ciudadanos, que sostiene al Gobierno de Murcia, ha emplazado una y otra vez a la dirección nacional del PP a sustituir a Sánchez, pero Rajoy ha preferido no hacer nada confiado en que para el partido de Albert Rivera tiene un coste inasumible votar a favor de un candidato socialista junto a Podemos. Ahora, el escrito de Velasco no sólo supone un espaldarazo para Cs, sino que carga de razones a la oposición a la hora de presentar como necesaria ante la opinión pública esta moción.
Pedro Sánchez se ha convertido en un apestado para la dirección del PP, pero Génova le ha brindado un argumento que, llevado a su extremo, obligaría a protegerlo incluso si es doblemente imputado: al menos, mientras no se le abriera juicio oral en una de las dos causas. Rajoy debe sustituir a Pedro Antonio Sánchez y evitar una moción de censura en Murcia. De lo contrario, él solo habrá dinamitado el pacto de gobierno con Cs en esta región. De momento la consigna oficial del PP es se que actuará “paso a paso”. El problema es que el camino tiene muy poco recorrido y el partido vuelve ir a remolque de las decisiones judiciales.