El debate entre candidatos socialistas se ha resuelto con una victoria mínima para Susana Díaz- según el estudio el estudio de SocioMétrica para EL ESPAÑOL- que, sin ser definitiva, mejora sus opciones sobre las de Pedro Sánchez de cara a la votación del domingo. Según este sondeo, realizado sólo entre votantes socialistas -que no militantes, que son quienes votarán el domingo-, el 28% mantiene que ganó la presidenta andaluza; el 27% que lo hizo el último secretario general del PSOE; el 16% cree que estuvo mejor Patxi López; y el 29% no se decanta por ninguno.
Ante estos resultados orientativos los indecisos parecen claves de cara a resolver el resultado de las primarias más importantes de la historia del PSOE. En este sentido, hay que recordar que casi el 30% de las bases no avaló a ningún candidato. Si tenemos en cuenta que, hace tan sólo un mes, Sánchez sacaba 14 puntos de ventaja a Díaz entre simpatizantes del PSOE, parece que la candidata del aparato encara el esprint final en la carrera por el liderazgo con ánimo redoblado. El muy digno papel de López perjudica a Sánchez -y por tanto beneficia a Díaz- en la medida en que ambos se dirigen a un perfil de militante parecido.
Un 'duelo a tres'
Este duelo a tres sólo puede ganar en intensidad. Existía la posibilidad de que los aspirantes evitaran el cuerpo a cuerpo para no parecer agresivos y llegar sin rasguños al domingo. Sin embargo, desde el minuto uno, los tres se emplearon a fondo para desmontar a sus rivales.
Susana Díaz ha bajado los humos a Pedro Sánchez, que tenía motivos para estar animado tras salir airoso de esa primera vuelta psicológica que fue la recogida de avales, que se saldó con una diferencia pequeñísima entre los dos. La presidenta andaluza llevó la iniciativa y fue muy dura e irónica en sus intervenciones, pero sin resultar agresiva ni altanera. Puso el acento en las incoherencias de su rival a la hora de defender la nación española, en sus vaivenes estratégicos en materia de alianzas con otros partidos y en la desconfianza que le profesan los expresidentes Zapatero y González. En el momento más álgido del careo llegó a decirle: “Tu problema no soy yo, Pedro, tu problema eres tú”.
El mártir y los vendidos
El exsecretario general no se salió del guion que le ha permitido resucitar tras su dimisión forzada en el bochornoso Comité Federal del 1 de octubre; presentarse como un mártir traicionado por una dirección vendida al PP: “Yo no soy presidente porque puse condiciones a Pablo Iglesias. Otros le dieron la abstención gratis a Rajoy”.
Patxi López, por su parte, se desenvolvió con comodidad mientras lanzaba pullas a ambos -especialmente a Sánchez- y se investía como principal garante de una reconciliación entre facciones tan difícil como necesaria. Los próximos días serán cruciales. Animados por el resultado este debate, la presidenta andaluza necesita confirmar su ventaja; el exsecretario general precisa convencer a la militancia más afín a Patxi López de que él representa su voto útil; y el ex lehendakari tiene motivos para seguir hasta el final. La última palabra la tendrán los militantes.