La revelación de EL ESPAÑOL de que Sebastián Albella asesoró al Banco Popular en su polémica ampliación de capital antes de ser nombrado presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha caído como una bomba entre los accionistas de la entidad y en medios políticos y financieros. Y es que, aunque Albella asegura que no ha intervenido en ningún procedimiento relacionado con el banco, su actuación crea más interrogantes que certidumbres.
Hay que recordar que el PSOE y Podemos votaron en contra de que Albella estuviera al frente del órgano regulador después de que hubiera reconocido en el Congreso que había asesorado a empresas del Ibex, negándose a dar sus nombres y comprometiéndose a inhibirse cuando entendiera que existía conflicto de intereses.
Los límites de la coordinación
Según Albella, su inhibición en el caso del Popular era compatible con prestar "la máxima atención al caso" y contribuir a "que los criterios aplicados hayan sido en todo momento los más apropiados". Pero aquí ya surgen las primeras dudas, porque ¿dónde está el límite entre coordinar o supervisar e intervenir?
Pero si en efecto no actuó, habrá quien le reproche su pasividad ante los ataques bajistas que provocaron la caída de la cotización del Popular, criterio distinto al utilizado por la CNMV con la crisis del Liberbank. Y en este caso se da pie a la suspicacia, pues parte del consejo que él asesoró podría haber estado en esa estrategia, como denunció en su día Ángel Ron, expresidente del banco.
Querellas en los tribunales
Por otra parte, el presidente de la CNMV no ha informado motu proprio de su participación en la controvertida ampliación de capital del Popular por la que muchos accionistas se consideran estafados; ha sido a requerimiento de EL ESPAÑOL que ha tenido que pronunciarse.
Esa ampliación de capital va a terminar en los tribunales y ya hay despachos de abogados decididos a incluir a Albella en las querellas, lo cual le deja en una situación difícil. El PSOE ha anunciado que este mismo martes pedirá su comparecencia urgente en el Congreso. Llegados a este punto, hay que preguntar al Gobierno si Albella cumple los requisitos de quien debe presidir una autoridad independiente. Parece claro que su continuidad al frente de la CNMV es muy complicada.