En los dos últimos meses, el hombre fuerte del grupo Planeta en los medios de comunicación, Mauricio Casals, ha sido protagonista en otros tantos escándalos de corrupción. En mayo fue imputado en la Operación Lezo, que investiga el desvío de decenas de millones de euros a través del Canal Isabel II, y ahora aparece en el centro de la Operación Hanta.
Las grabaciones de Lezo desvelaron cómo Casals intervino para que La Sexta protegiera a Ignacio González silenciando información sobre las presuntas actividades criminales del expresidente madrileño. Pero también sacaron a la luz el contubernio entre Atresmedia y el Gobierno para manipular a la opinión pública. Las palabras de Casals quedan ya para la historia: "El sándwich al PSOE con la Sexta funciona de cine". La estrategia se mantiene y consiste en promocionar a Podemos para atemorizar a los votantes moderados y empujarlos hacia el PP.
La 'Operación Hanta'
La información que un mes después ofrece la Operación Hanta viene a confirmar las peores sospechas sobre las actividades de Casals. La Fiscalía Anticorrupción tiene indicios suficientes para creer que desvió de forma irregular dos millones de euros de las subvenciones que lograba en los Ministerios de Economía y de Industria gracias a sus influencias políticas.
La Operación Hanta deja a Casals en una situación insostenible. Todo el mundo sabe que es el interlocutor de Atresmedia con el Gobierno, y ahora se confirma que ha utilizado esa relación para actuar como recaudador del grupo al que representa. Hoy publicamos en EL ESPAÑOL un dato muy revelador: mientras la publicidad institucional se hundía en la mayoría de periódicos, La Razón, que preside Casals, mantenía los ingresos.
Las concesiones de TV del Gobierno
A principios de mayo, en el Rugido titulado La 'trama del sándwich' al descubierto, apelábamos a Planeta, como principal accionista de Atresmedia, para que se replantease la continuidad de Casals. ¿Puede permitirse un grupo de comunicación que opera con concesiones administrativas tener marcado de esta manera a su interlocutor con el Gobierno? O dicho de otra forma, ¿limpiará Planeta sus establos o esperará a que siga rezumando la suciedad?