Mariano Rajoy respondió este jueves con autoridad a la decisión del Parlament de salirse del marco constitucional para intentar proclamar la independencia de Cataluña. El presidente del Gobierno estuvo convincente cuando aseguró que el Estado usará toda la fuerza de la democracia, "sin renunciar a nada", para garantizar el imperio de la ley.
"No menosprecien la fuerza de la democracia española. El Estado de Derecho no se va a plegar a sus bravatas", dijo Rajoy poco después de presidir el Consejo de Ministros que recurrió al Constitucional la Ley del Referéndum del Parlamento catalán. Horas más tarde, el Alto Tribunal suspendía la consulta.
Rajoy, junto a Sánchez y Rivera
Rajoy trató de trasladar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos, consciente "de la gravedad" de la situación. Y lo hizo tras reunirse por la mañana con el líder de la oposición, Pedro Sánchez, y poco antes de hacerlo con Albert Rivera, mostrando así unidad política. Muy elocuente es la ausencia en este frente de Pablo Iglesias, que está manteniendo un discurso ambiguo y equidistante en relación al desafío separatista.
El tono de la respuesta de Rajoy, contundente pero templado, busca claramente no entregar gasolina a los independentistas en vísperas de la celebración de la Diada, el próximo lunes. Habrá que confiar en la palabra del presidente del Gobierno, aunque los antecedentes no invitarán a muchos al optimismo. Y hay que decir que el fiscal general, Maza, ya ha dado instrucciones para garantizar el cumplimiento de la ley.
Agitación en la calle
Pero no podemos olvidar que el ámbito institucional sólo es uno de los terrenos donde se disputa este pulso. El otro es la calle. Hoy desvelamos en EL ESPAÑOL que afines a la CUP tienen la intención de ocupar los aledaños del Parlament, en la Ciudadela, para convertirla en símbolo de la independencia con una protesta permanente. Estos radicales podrían tratar de bloquear edificios del Estado e interferir en actuaciones policiales contra el referéndum ilegal.
Todo indica, así, que tarde o temprano habrá que actuar para frenar a los sediciosos y evitar que en las calles reine la ley de la jungla independentista, un escenario muy acorde con la imagen de Parlamento bananero que ha ofrecido la cámara catalana en las últimas dos jornadas, con sesiones nocturnas, hurtos de banderas y algaradas continuas.
El Gobierno, el Constitucional y la Fiscalía han empezado a dar respuesta al órdago independentista, pero aún queda mucho camino por recorrer y muchos obstáculos que sortear. Por eso hay que exigirles que estén a la altura del desafío hasta el final.