El exvocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PP Juan Pablo González está llamado a ser ponente del tribunal que juzgará el caso de los papeles de Bárcenas, una circunstancia que puede acabar dañando la apariencia de imparcialidad imprescindible en un juicio histórico.
Su designación como ponente obedece sólo al azar y no se puede presumir sin más que exista sospecha de parcialidad. Pero tampoco puede obviarse que -lógicamente- va a ser recusado y que existen los precedentes de los magistrados Enrique López y Concepción Espejel, cuyas recusaciones prosperaron por motivos parecidos: ambos fueron promovidos por el PP en el CGPJ y, en el caso de López, también en el Constitucional. Además, ante la enorme trascendencia de este juicio es preceptivo reclamar y exigir la máxima pulcritud posible.
Determinante para el PP
No se puede olvidar que en los despachos contiguos al que ocupó Luis Bárcenas, donde se ocultaba la caja b del PP y el ex tesorero redactó sus famosos papeles, se decidió proponer a este juez como vocal del CGPJ.
Hablamos, además, de un juicio comparable al de Filesa, por cuanto afecta a una trama de financiación del partido del Gobierno y porque lo que se juzga es nada menos que la existencia y el funcionamiento de la caja b del PP y el reparto irregular de sobres con dinero -proveniente de las donaciones de adjudicatarios de obra pública- entre sus máximos dirigentes, incluido Rajoy.
Si se prueba que, tal como consta en los papeles de Bárcenas, que el presidente del Gobierno cobró durante años y años sueldos prohibidos por ley, quedará constancia judicial de que ha mentido a todos los españoles y su carrera política se verá muy comprometida.
Mejor otro magistrado
Por la relevancia del juicio, porque afecta de lleno a la cúpula del partido que promovió su entrada en el órgano de gobierno de los jueces y por la gravedad e importancia del caso, lo mejor sería que el ponente fuera otro magistrado.
La principal responsabilidad en el desenlace de un juicio que puede ser determinante para el futuro del PP y de Rajoy no debe recaer en un magistrado que fue promocionado desde Génova 13.