Un informe publicado este miércoles por el Fondo Monetario Internacional (FMI) da una serie de pautas al Gobierno que cuestionan frontalmente las promesas de Pedro Sánchez a sus aliados de Podemos.
Para empezar, el FMI insta al actual Gobierno a seguir y a profundizar en la reforma laboral emprendida por el Partido Popular. Esto es sensible por cuanto la derogación de esa reforma laboral es el mayor punto de encuentro entre el presidente y sus socios populistas.
Ataque impositivo
Pero no queda ahí la cosa. También reclama el FMI que se bajen las pensiones, que éstas no se liguen únicamente al IPC -como exige Podemos- y que cese el continuo ataque impositivo a las clases medias a las que, de un modo aún sin concretar, parece decidido el Ejecutivo.
Las recomendaciones no son para tomárselas a la ligera, pues el organismo dirigido por Christine Lagarde alerta de un panorama complicado en ciernes. De entrada, rebaja la previsión de crecimiento para España: un 2,7% este año y un 2,2% para el 2019. Pero también contempla una nueva burbuja en el sector inmobiliario.
Senda de realidad
El informe del FMI viene a ser, en el fondo, una enmienda directa a muchas de las iniciativas que en materia económica ha anunciado el Gobierno, condicionado por sus socios de investidura. Esa dependencia es la que ha obligado el Ejecutivo a dar bandazos, a decir una cosa en Madrid y otra en Bruselas, a desdecirse, como acaba de ocurrir con la actualización de las pensiones.
El informe de Lagarde es un primer aviso que pone a Sánchez frente al espejo de la realidad: desoír sus recomendaciones es algo que España no puede permitirse.