Uno de los compromisos de Pedro Sánchez, tanto antes como después de llegar a la Moncloa, fue el de la transparencia. Esa debía ser una característica primordial que diferenciara su mandato del de Rajoy. Los hechos desmienten al presidente del Gobierno.

Hoy publicamos la historia de un ciudadano al que le ha sido denegado el acceso a un documento oficial referido al adoctrinamiento en los libros de texto en Cataluña. Se lo ha escamoteado, vaya paradoja, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, organismo dependiente del Ejecutivo. 

Ocultación

¿Qué secretos peligrosos o desestabilizadores puede esconder un trabajo elaborado por funcionarios de la Alta Inspección del Estado sobre un centenar de manuales escolares? La realidad es que no hay argumentos que justifiquen esa medida de ocultación.

El Consejo de Transparencia defiende su negativa a entregar el documento con explicaciones peregrinas, como que el trabajo tiene carácter auxiliar o que las competencias en Educación corresponden en este caso a la Generalitat.

Gastos de Sánchez

Estamos ante un documento público de evidente interés y, por tanto, esa posición encubridora coarta el derecho de acceso a la información. Además, llueve sobre mojado. Recientemente informábamos en EL ESPAÑOL de cómo el Gobierno se ha escudado en la Ley de Secretos Oficiales para no facilitar los datos de gastos de desplazamientos del presidente.

¿Qué trata de ocultar el Gobierno al no publicar el informe de la Alta Inspección? Seguramente ejemplos concretos que confirman que hay libros para escolares catalanes que adoctrinan e incitan al separatismo. Una información incómoda en estos momentos para Sánchez, que busca congraciarse con los dirigentes separatistas. Lo consiga o no, será con un alto coste para su credibilidad.