Hoy se cumplen 15 años del peor atentado terrorista de la historia de España, en el que murieron 191 personas y otras 2.000 resultaron heridas. Debería ser tiempo suficiente como para analizar lo ocurrido sin prejuicios ni tabúes, aunque sólo fuera para intentar dar respuestas a ese 60% de españoles que considera que "no sabemos la verdad" sobre los ocurrido, tal y como refleja la encuesta publicada este domingo por EL ESPAÑOL.

Que no estamos ante un asunto partidista ni ideológico, como ha tratado de presentarse a veces, lo demuestra que hasta más de la mitad de los votantes de Podemos piensa que quedan zonas oscuras. Sin embargo, la realidad es que a los pocos que hemos tratado de arrojar luz sobre el caso se nos ha tachado de conspiranoicos, incluidas las víctimas, como han recordado estos días desde la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M.

Nuevas revelaciones

Hay además nuevas revelaciones que ponen en cuestión la investigación y la sentencia judicial. La semana pasada informamos de una declaración de José Villarejo al juez en la que el ex comisario asegura que parte de los explosivos del 11-M salió de "depósitos de la Guardia Civil", y en el que vincula a "espías franceses" con la destrucción de pruebas que revelarían quién ordenó los atentados. 

Pero es que hoy sabemos, gracias a unas grabaciones de 2009, que los altos cargos de la Policía de Rubalcaba tenían asumido que Francia y Marruecos "estaban detrás" del 11-M. También que ya entonces Villarejo aireó en las altas esferas policiales que la mochila de Vallecas se "preparó ad hoc" para teledirigir la investigación y nadie se escandalizó ni le contradijo.

Documentos

Tres lustros después de la matanza, el único condenado como autor material de los atentados, Jamal Zougam, sigue proclamando su inocencia desde la cárcel como el primer día: "Opino que ha sido un atentado muy grave y con demasiadas víctimas como para cerrar el caso y encarcelar a la persona equivocada". ¿Es así como se comporta un yihadista?

El mejor homenaje que podríamos hacerle a las víctimas y a los españoles en un día como hoy es tratar de llegar a la verdad de lo ocurrido. Las autoridades podrían poner de su parte y ayudar, empezando por desclasificar y hacer públicos los documentos relacionados con la tragedia.