El lunes, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, remitió al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, la petición del suplicatorio contra la inmunidad de Carles Puigdemont y Toni Comín dictada por el magistrado Pablo Llarena, instructor de la causa del procés.
Una vez que el Tribunal de Justicia de la UE ha dicho que tanto Puigdemont como Comín deben ser considerados eurodiputados a todos los efectos desde el 2 de julio, las euroórdenes cursadas contra ellos quedan en suspenso. Y será así hasta que la Eurocámara no levante su inmunidad.
"Derechos humanos"
Ante esta situación, ha sido el huido Puigdemont quien ha empezado a presionar a Pedro Sánchez para que los diputados socialistas del Parlamento Europeo voten "no" al suplicatorio. Una posibilidad que en este momento ya se plantean en Podemos.
Las palabras del portavoz de Podemos en el Congreso, Jaume Asens, son muy indicativas al respecto: considera que la permanencia de Puigdemont y de Comín en la Eurocámara -desde la que no han cesado de intentar desprestigiar a la democracia española- sería un triunfo "de los derechos humanos". Pablo Iglesias, en declaraciones a los Informativos de Antena 3, también se ponía del lado del expresidente prófugo: "Es una humillación para el Estado español que jueces europeos le quiten la razón a jueces españoles".
Abogacía del Estado
Ahora bien, si la formación de Iglesias votara contra el suplicatorio de la Justicia española, no sólo convertiría a la eurocámara en el escenario de un juicio contra nuestra democracia, tal y como pretende el separatismo, sino que atacaría una medida que impulsó el propio Gobierno de Sánchez. Cabe recordar que la Abogacía del Estado, a las órdenes del Ejecutivo, instó al juez Llarena a que solicitara dicho suplicatorio.
Nadie entendería esta grave disonancia en el Gobierno, en especial después de que Sánchez haya proclamado que, pese a las voces diversas, el Ejecutivo de coalición responde con una "sola palabra". Pero es que, además, el propio protocolo de funcionamiento de la coalición firmado por PSOE y Podemos dice en su punto 8 que "los partidos firmantes se comprometen a dar apoyo parlamentario en el Congreso, en el Senado y en el Parlamento Europeo a la acción del Gobierno".
Por otra parte, tampoco se entendería que los diputados socialistas se abstuvieran en la votación del suplicatorio. Sólo cabe, pues, que la "sola palabra" de la que presume Sánchez sea un monosílabo: "Sí". Está en juego la dignidad de nuestro Estado de derecho en Europa.