Este viernes se ha celebrado en Madrid el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Con el voto contrario de las regiones gobernadas por el PP, se ha aprobado una nueva senda de estabilidad presupuestaria a las autonomías que incluye dos ventajas para compensar la negativa a devolver los 2.500 millones del IVA que se les adeuda. Habrá préstamos con interés cero y relajamiento del cumplimiento del objetivo de déficit.
La solución, aceptada finalmente por las comunidades gobernadas por los socialistas, no ha contentado al resto, que entienden, y con razón, que lo que necesitan no es un plazo mayor para seguir endeudándose, sino que se les dé el dinero que esperan desde hace casi tres años para poder acometer pagos a los que tienen que hacer frente.
Excusas de Montero
Las excusas de la ministra María Jesús Montero, achacando la liquidación del IVA de 2017 a un problema creado por Montoro y que el PP no supo resolver, resultan contradictorias con el discurso autonomista del Ejecutivo. Más aún por cuanto la visita de dos días de Sánchez a Barcelona se cerró ayer con el compromiso de regar de millones a Cataluña, en un claro empeño por apaciguar al separatismo.
El descontento crece entre las autonomías, que denuncian un nuevo agravio comparativo. Y ello aun cuando Cataluña, junto a Madrid, es una de las más afectadas por la negativa a la devolución del IVA.
Diferencia de trato
Pero los gestos son importantes, y mientras autonomías como la murciana tienen que ver cómo se les niega dinero para las ayudas por las riadas, con el argumento de que se ha desviado del objetivo de déficit, Sánchez mima al Gobierno desleal de Cataluña prometiendo infraestructuras y más financiación para TV3 y para los Mossos.
La diferencia de trato a las comunidades por parte del Gobierno amenaza con quebrar el necesario equilibrio para evitar una España de dos velocidades, algo de lo que ya han alertado barones como García-Page o Lambán.