Este jueves Telefónica hace pública su ambiciosa propuesta para un Pacto Digital. Ambiciosa por cuanto aspira a ser el abecé de la digitalización de autónomos, pymes y Administraciones públicas, y por cuanto el pacto lleva implícito el compromiso de que en 2025 nuestro país sea líder mundial en la implantación del 5-G y que la fibra óptica esté desplegada en el 100% del territorio nacional.
La propuesta de Telefónica tiene la rúbrica de su presidente, José María Álvarez-Pallete. Un evangelizador desde hace años de la importancia que tiene para España digitalizarse para afrontar esta era de la tecnología.
Este nuevo Pacto Digital viene a sustituir el Manifiesto de 2014, cuyos principales objetivos e indicadores han quedado superados ampliamente tras la pandemia. La ola digital que ha traído consigo el Covid-19 ha hecho que hayamos adelantado cinco años los planes previstos.
Transición digital
A nadie se le escapa que el impulso de Pallete y la inversión que Telefónica ha hecho en los últimos años en fibra óptica han permitido que hayamos vivido el confinamiento sin cortes en la comunicación.
Esto ha sido vital, de entrada, para el mantenimiento de servicios estratégicos, pero también para el afianzamiento del teletrabajo (ejercido por el 16% de la población, según datos de la EPA)y de una nueva normalidad que no debe perder de vista la reactivación económica.
Este Pacto Digital viene a refrendar lo que dijo Álvarez-Pallete el pasado 21 de julio en la Moncloa. Allí se presentaba la Agenda España Digital 2025, que movilizará hasta 140.000 millones de euros. Aquel día, el presidente de Telefónica incidía ante Pedro Sánchez que estamos ante un "motor de progreso e inclusión social".
La recuperación
Esta apuesta firme y decidida debe ser considerada desde dos puntos de vista. Primero el legal, para garantizar una competencia justa, con marcos fiscales adaptados a la nueva realidad. El segundo, desde el estrictamente financiero.
Es cierto que Telefónica acumula una deuda de 37.201 millones de euros, una caída interanual del 7,5%. Pero también lo es que el esquema dibujado por Pallete para Telefónica (primero como CEO y luego como presidente) ha demostrado ser acertado a la vista de los acontecimientos.
Quizá a corto plazo el mercado no lea con los mismos ojos la situación de la compañía, pero en el medio y largo plazo parece evidente que los inversores acabarán respaldando los fundamentales del grupo.
Valor añadido
El éxito del modelo Pallete es elocuente, y así lo evidencia el hecho de que Telefónica mantenga sus previsiones y el dividendo en un contexto global en el que las empresas cotizadas han asumido recortes o directamente lo han suspendido.
También es sintomático que Telefónica, junto a TIM y Claro, haya mejorado recientemente su oferta para hacerse con el grupo brasileño OI (de telefonía móvi)- elevando su oferta a más de 2.700 millones de euros.
Es una buena noticia que haya empresarios capaces de mirar al futuro, alejarse del día a día y, en perspectiva, transformar una compañía centenaria para que viva otros cien años. Y, sobre todo, es necesario que la sociedad y el mercado así lo reconozcan.