La decisión de Pablo Casado de guardarse hasta el final el sentido de su voto en la moción de censura y la rotundidad con la que voló cualquier puente con Vox han merecido una respuesta muy positiva en la opinión pública. Así lo consigna el sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL en el que destaca que más del 88% de sus votantes cree que su imagen ha mejorado tras su intervención.
Y no sólo eso, es que el líder del PP logró convencer a propios y a extraños. En torno a un 60% de los votantes del PSOE y a un 70% de los de Cs interpretan que la decidida apuesta por la moderación del líder de la oposición es beneficiosa en las circunstancias actuales. No en vano, según los encuestados, Casado fue el político que mejor actuación tuvo en las dos jornadas (30,10%).
Mérito y audacia
Es cierto que Pablo Casado preparó su decisión de forma concienzuda, con la crisis de la salida de Cayetana Álvarez de Toledo aún escociendo y una guerra más o menos soterrada entre las dos almas del PP. De ahí el mérito de su audacia este jueves al desmontar las propuestas ultramontanas e irreales de Vox.
Pero el rendimiento más importante que surge de este golpe de autoridad centrista dado por el líder popular es la consolidación de su liderazgo interno. Además, en un futuro, podrá pescar en caladeros del centro liberal de Ciudadanos y en el de votantes desencantados del PSOE a causa de la deriva del Gobierno de coalición y su previsible desgaste por la epidemia.
Cohesión interna
En todo caso, ahora le tocará pasar de las musas al teatro. En lo que queda de legislatura, Pablo Casado está obligado a mantener su posición política centrada. Algo que, de inicio, será desafiado por los de Abascal, que ya han tensado la cuerda de sus apoyos externos a gobiernos autonómicos como el de Andalucía.
El líder del PP ha mandado un mensaje a barones como Moreno Bonilla o Alberto Núñez-Feijóo que celebran la ruptura con Vox. Dicho de otro modo, en un día logró cohesionar al partido al establecer con firmeza un rumbo que ya no podrá torcerse y dejó a Moncloa sin el argumentario de azuzar la llamada "foto de Colón" para homologar a Vox con el PP y Cs.
Los votantes han visto, y así lo consagra nuestra encuesta, que la centralidad no está reñida con la crítica más acendrada al Ejecutivo. De una moción de la que se esperaba poco o nada, hemos pasado a una redefinición necesaria de dónde está el centro-derecha y qué puede ofrecer como alternativa.