Podemos ha abierto la veda contra la infanta Leonor, heredera de la Corona y futura jefa de Estado, a cuenta del anuncio de que estudiará dos años de bachillerato en el Atlantic College de Gales. Podemos ha dado así un salto cualitativo al pasar de los ataques al padre de Felipe VI, el emérito Juan Carlos I, a los ataques a su primogénita.
Si algo ha demostrado Podemos durante el año largo en que ha compartido Consejo de Ministros con el PSOE es que lo mismo le da otorgar carta de naturaleza a las tesis desestabilizadoras del Kremlin respecto al separatismo catalán que disparar contra su diana favorita, la Corona.
Podemos juega siempre, en fin, a favor de quienes quieren erosionar la democracia española y, por extensión, la del resto de democracias occidentales.
Mención de honor del populismo para Pablo Echenique, definitivamente abonado al papel de defensa rompetibias del republicanismo, que ha recordado en Twitter el coste del futuro colegio de la infanta: "Hoy la Casa Real ha anunciado que la princesa Leonor va a estudiar el bachillerato en el UWC Atlantic College en Gales. Han elegido un cole modesto y barato: 76500€ al año. 6375€ al mes. Casi 6 veces el SMI. Es otra de las cosas que incluye nuestra 'normalidad democrática".
El pretexto de este nuevo ataque es en realidad lo de menos puesto que los morados no son más que descuideros del populismo. Todo es bueno para el convento de ese vicepresidente segundo que parece obstinado en dejar como legado para las generaciones futuras una montaña de cenizas y un país quebrado por su eje.
Educación de interés nacional
Pero, siendo lo de menos, y aunque entrar en el juego de Podemos puede contribuir a otorgar legitimación a los ataques del partido populista, cabe señalar que la educación de la heredera de la Corona, pagada por cierto con la asignación que reciben los miembros de la Casa Real y no con los Presupuestos Generales del Estado (como la niñera de Irene Montero y Pablo Iglesias), es de interés nacional.
Y lo es porque la futura jefa del Estado debe recibir, como es obvio, una educación lo más cosmopolita y amplia posible.
Nadie ha puesto en duda la calidad de los colegios españoles. Pero la posibilidad de estudiar en un país extranjero, y en una escuela además de reconocido prestigio, añade un plus a la formación de una niña cuyas responsabilidades futuras van a exigir más de ella que de muchos otros niños de su edad.
Dejemos de lado el hecho de que Podemos no haya respetado ni siquiera el hecho de que la infanta Leonor sea menor de edad. Si no les ha importado negar que España sea una democracia completa, menos escrúpulos tendrán con un detalle tan banal como la edad.
El esperpento ha llegado, sin embargo, con la acusación al "Estado" de desear asesinar a Iglesias con polonio. Está visto que su estrecha sintonía con las tesis de Putin ha acabado provocando que los morados vean polonio, asesinatos de Estado y siniestras conspiraciones hasta en el gotelé.
Cuestionar la democracia
A la estrategia envolvente de Podemos con su pinza republicana se sumó ayer miércoles RTVE, está por ver con qué grado de intención, al rotular la noticia sobre la infanta con la frase "Leonor se va de España, como su abuelo".
Las disculpas de Rosa María Mateo, administradora única provisional de RTVE, apenas mitigan la sensación de que llueve sobre mojado en el caso de la televisión pública española.
El relevo de los responsables de un rótulo injustificable tratándose de una menor de edad, que además es la heredera de la Corona, es imprescindible. Pero también lo es que los trabajadores de RTVE comprendan que esta le pertenece a todos los españoles y no sólo a aquellos que se identifican con una ideología o con los ideales republicanos.
A Podemos le ha faltado tiempo también para deslizar que Felipe VI podría estar detrás del relevo de los responsables del desatino televisivo. Huelga decir que a la formación de Pablo Iglesias poco le importa el ente público y que lo que subyace, en este episodio como en tantos otros, es poco más que su pulsión destructiva.
El ataque permanente contra nuestro Estado de derecho y sus derechos más elementales (la Justicia, la Monarquía, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la igualdad de todos los españoles y las libertades de expresión y de prensa) por parte de los socios nacionalistas del Gobierno es insoportable en democracia.
Que ese ataque se ejecute desde el Consejo de Ministros es una aberración sin paliativos.