La polémica por el rescate de la aerolínea Plus Ultra por parte del Gobierno ha llegado ya hasta la UE gracias a la reclamación del eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano.
En la carta que el parlamentario ha enviado a la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, Garicano denuncia que la concesión de ayudas a la compañía aérea "viola las condiciones con las que la Comisión aprobó la creación del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas dentro del marco temporal de ayudas estatales".
La concesión de una ayuda de 53 millones de euros a Plus Ultra parece, en efecto, difícilmente justificable. Porque, como ha explicado Invertia, la compañía, fundada por los mismos empresarios que quebraron Air Madrid hace 15 años, acumula pérdidas desde hace años, además de varias demandas millonarias.
Modelo de fracaso empresarial
Plus Ultra es, desde cualquier punto de vista, un modelo de estrepitoso fracaso empresarial. La aerolínea sólo cuenta con un avión y en 2019 fue la compañía número 166 de España por volumen de tráfico.
Al cierre de 2019, además, Plus Ultra contaba con un fondo de maniobra negativo por importe de 3.996.171,70 euros, unas pérdidas de 2.113.285,61 euros y unos resultados negativos acumulados de ejercicios anteriores de 8.531.540,92 euros.
A ello se añaden sus conexiones, todavía no aclaradas, con empresarios cercanos a la dictadura venezolana. Según Vozpópuli, el 47% de las participaciones de la compañía están en manos de "empresarios venezolanos conectados con el chavismo".
Algo compatible, por otro lado, con la afirmación de la aerolínea de que la mayoría de su accionariado es español.
Compañía "estratégica"
El Gobierno, por boca de la ministra de Hacienda María Jesús Montero, ha justificado las ayudas con el argumento de que Plus Ultra "tiene rutas establecidas con algunos países de América Latina que son fundamentales para la conectividad del país".
También ha afirmado que la compañía es "estratégica" para España y que reúne todos los requisitos para recibir las ayudas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Es precisamente la insistencia del Gobierno en considerar como "estratégica" una compañía prácticamente quebrada y sin mayor viabilidad futura uno de los detalles en los que hace hincapié Luis Garicano en su carta a Vestager.
Porque uno de los motivos por los que la Comisión aceptó los requisitos determinados por el Gobierno español para la concesión de esas ayudas es porque estos incluían la necesidad de que las compañías rescatadas fueran "estratégicas" y no tuvieran dificultades financieras a 31 de diciembre de 2019.
Ninguno de los dos requisitos se cumple en el caso de Plus Ultra. En el primer caso, porque difícilmente puede el Gobierno justificar la condición de estratégica de una compañía como Plus Ultra. En el segundo caso, porque Plus Ultra acumula pérdidas desde que empezó a operar con normalidad en 2015.
Pero aún asumiendo la mayor, es decir la tesis de que Plus Ultra es una empresa estratégica que cumple los requisitos establecidos por la SEPI, lo que parece obvio es que el hecho de que una compañía como esta haya podido acceder a las ayudas del Gobierno es la prueba de que esos requisitos no son lo suficientemente estrictos ni permiten discriminar el grano de la paja
Condiciones más estrictas
Los rescates gubernamentales no pueden quedar en manos de empresarios fracasados, pero conocedores de los recovecos burocráticos que permiten acceder a unas ayudas que deberían estar en manos de empresas en dificultades, pero razonablemente viables y sin mayores polémicas a sus espaldas.
La mujer del césar no sólo debe ser honesta, sino también parecerlo. Y por eso el Gobierno debe explicar la concesión de las ayudas a Plus Ultra. Explicaciones que vayan más allá de la injustificable etiqueta de "estratégica" para una compañía que ni con el mejor de los filtros embellecedores merece el adjetivo de tal.
El rescate de las empresas que se han visto seriamente perjudicadas por la Covid-19 no puede quedar, en fin, en manos de empresarios a la búsqueda de un parche que les permita aliviar la quiebra de sus finanzas. La ayuda de 150.000 euros por empleado que ha recibido Plus Ultra debe ser revisada y, en su caso, devuelta.