El sondeo de Socio-Métrica que EL ESPAÑOL publica en el Día de la Hispanidad revela una realidad meridiana: que la idea de España que refleja la Constitución, una “patria común e indivisible”, es la arraigada en una gran mayoría.
Es más, los datos recogidos en territorios como Cataluña y País Vasco, con gobiernos nacionalistas durante décadas, pueden conducir a los independentistas al desánimo. Allí, la visión constitucional de España recibe un 44% y un 47% de apoyo, respectivamente.
La respuesta tiene el valor de que el sondeo es una especie de cata a ciegas, donde se da a elegir al ciudadano entre cuatro concepciones de España sin advertirle de que una de ellas es exactamente la que establece la Constitución.
Tampoco agradará a los independentistas saber que ni siquiera en Cataluña y el País Vasco existe la esperanza de que se rompa España en los próximos 20 años para dar lugar a nuevos Estados independientes: más del 60% no lo cree posible.
Hay otro dato particularmente llamativo: en una sociedad en la que el uso de cualquier tipo de violencia está cada vez peor visto, el 79% de los españoles aceptaría que el Gobierno aplicara un uso proporcionado de la fuerza en caso de que se produjese una proclamación violenta de independencia. Y hasta un 52,2% de los catalanes y un 65,5% de los vascos lo respaldaría.
En resumen, los ciudadanos siguen teniendo muy claro qué significa España, el valor del pasado compartido y su futuro como patria común. Todo a pesar de los ataques secesionistas, los discursos de la plurinacionalidad y las críticas revisionistas que llegan incluso del otro lado del Atlántico.
España constitucional
En EL ESPAÑOL defendemos, desde el momento de nuestra fundación, que la Fiesta Nacional podría celebrarse en una jornada única: el 6 de diciembre, Día de la Constitución, para subrayar el origen de los derechos, libertades y obligaciones que hace a todos los españoles ciudadanos libres e iguales.
Ahora bien, la proliferación de mensajes contra la Hispanidad y contra España por haber protagonizado uno de los acontecimientos más sobresalientes de la Historia universal nos animan a la reivindicación y la memoria de lo que somos y lo que nos une en el 12 de octubre.
La Hispanidad es uno de los fenómenos globalizadores más exitosos que se haya conocido, y nuestra lengua común es una riqueza compartida por 600 millones de personas, la tercera más extendida en el mundo. Ni las difamaciones nacionalistas ni los discursos espoleados por intereses espurios que vienen desembocando incluso en la vandalización de monumentos como el de Cristóbal Colón empañan esta realidad.
Pero que España goce de mayor autoestima y de mejor salud de la que presumen sus enemigos no debe cegarnos. Los reiterados intentos por socavar el sentimiento de unidad y la convivencia entre españoles obligan a los principales partidos a apartarse de los extremos y actuar con sentido de Estado.