El evento 'Mundo Crypto, Metaverse Day', reunió ayer en Madrid a unas 7.000 personas, según los organizadores. Este festival albergó el encuentro entre usuarios de criptomonedas que acudieron para recibir formación sobre esta nueva tecnología financiera.
Los partidos de izquierdas madrileños instaron sin éxito al gobierno de la Comunidad de Madrid a que suspendiera cautelarmente el acto, apelando a la titularidad pública del WiZink Center. Pero el ejecutivo autonómico se escudó en que, al ser la gestión del evento privada, la Comunidad carece de competencias para suspender el evento, y delegó la responsabilidad de "velar por el correcto funcionamiento del mercado" en las autoridades económicas.
Pero hay que recordar que el Defensor del Pueblo ya pidió el viernes investigar si los organizadores reunían los permisos necesarios para organizar un evento económico de estas características. Y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya había estipulado que Mundo Crypto no tiene licencia para asesorar sobre instrumentos financieros, habiendo recordado antes de eso que los criptoactivos son "productos no regulados y tienen algunos riesgos relevantes".
¿Burbuja económica?
Las plataformas gestoras de criptodivisas denuncian un acoso injustificado por parte de los medios y de algunos representantes políticos, un señalamiento torticero de los reguladores y una infundada campaña de boicot social. Pero lo que los comercializadores de la revolucionaria tecnología blockchain no pueden negar es que la inversión en criptomonedas, como han advertido reiteradamente los expertos, representa una apuesta de alto riesgo que necesita asesoramiento.
No hay que olvidar que, aunque el valor de este producto ha aumentado exponencialmente en los últimos años, también ha atravesado crisis importantes. El Bitcoin ya ha perdido el 70% de su valor máximo, y los NFT se han depreciado un 80% desde el año pasado. La alta volatilidad y las fuertes caídas de estos activos, así como los casos de estafa y la quiebra de algunas plataformas han llevado a muchos a considerar esta industria como una auténtica burbuja.
Además, las opciones que prometen ganar dinero fácil siempre proliferan en tiempos de crisis. Y con su retórica de un éxito accesible a cualquiera pueden resultar una tentación difícil de resistir para quienes están más apremiados por las estrecheces económicas, y no cuenten con la cultura financiera necesaria. No en vano, muchos inversores han sufrido pérdidas masivas en sus ahorros.
No obstante, el economista y colaborador de este periódico, Daniel Lacalle, sostuvo en el evento de ayer que la inversión en activos tecnológicos no es muy distinta a la inversión convencional: "La inversión es tomar un riesgo basado en una oportunidad, y la posibilidad de que no se cumpla esa oportunidad".
Falta regulación
El principal problema en torno a las criptomonedas es que, por el momento, se sitúan en una especie de limbo legal: su compraventa y su promoción no están prohibidos, pero aún no disponen de regulación.
Es cierto que las innovaciones del mercado siempre van por delante de la capacidad reguladora de los gobiernos. Pero los peligros asociados a esta actividad económica justifican la urgencia de una nueva legislación que permita llenar el vacío legal existente, y facultar a los poderes públicos para intervenir en el sector sin cometer una ilegalidad.
Es necesario, además, que la sociedad no se deje epatar por el imaginario futurista y emancipador que promueven los 'criptoentusiastas'.
Porque es verdad que la tecnología blockchain abre todo un universo de posibilidades al permitir prescindir de las monedas convencionales, con la consiguiente dinamización del sistema financiero. Pero la cuestión no se limita a tener una experiencia individual en una realidad virtual como el Metaverso, sino que atañe a transacciones monetarias que afectarán al conjunto de la sociedad.
Por este motivo, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, hizo un llamamiento en el Observatorio de Las Finanzas de EL ESPAÑOL a que las autoridades públicas intensificaran "el seguimiento, regulación y supervisión del mercado de criptoactivos, que incluya una alerta e información constante a los usuarios de los riesgos asociados".
En este sentido, es un buen primer paso la ley de la CNMV que regula la publicidad de inversión en activos digitales. A esta medida cabría añadir la obligación para las plataformas emisoras de ofrecer a los inversores información que les permita analizar los riesgos de los criptoactivos e invertir con prudencia. Con todo, la normativa no podrá ser lo suficientemente efectiva a menos que la UE apruebe un reglamento comunitario que vele por la estabilidad del sector financiero tradicional y por el encaje armónico en este de la nueva tecnología monetaria.