Con su elección como presidente de la Internacional Socialista, Pedro Sánchez refuerza su presencia internacional y su liderazgo en la socialdemocracia europea. El rechazo del Parlamento Europeo y del TGUE de los argumentos de la defensa de Puigdemont abren la puerta a la retirada de su inmunidad. Y los cortes sospechosos en los vídeos de la tragedia de Melilla mostrados a los diputados por el Ministerio del Interior dejan a Fernando Grande-Marlaska a un paso de ser investigado en el Congreso.
Sánchez quiere liderar la socialdemocracia global
Pedro Sánchez ha conquistado un estadio más en su programa de proyección internacional. Ayer fue elegido presidente de la Internacional Socialista, y será proclamado oficialmente como tal este domingo. Sánchez será así el primer español en dirigir esta familia formada por 132 partidos socialdemócratas y laboristas de todo el mundo.
Al contrario que aquella Internacional decimonónica que aún vive de la mitología del obrerismo de inspiración marxista, la organización que hereda Sánchez no posee demasiada influencia sobre el discurrir de la política global. Pero el presidente del Gobierno aspira a renovarla y revitalizarla en un momento en que la socialdemocracia europea languidece entre los nuevos partidos populistas.
De hecho, sólo España, Alemania, Portugal y Finlandia tienen gobiernos socialistas en Europa. Sin embargo, Sánchez ha hecho frente común con su homólogo portugués para batallar en la UE por soluciones a la crisis energética adaptadas a la singularidad ibérica. Junto al canciller alemán Olaf Scholz ha impulsado además un eje hispano-alemán que ha tenido fuerte presencia en la política europea reciente.
En su discurso de ayer, Sánchez volvió a dar por muerto el pensamiento "neoliberal". Y es cierto que la política internacional pasa por un momentum socialdemócrata inusual en anteriores crisis económicas. De hecho, el Gobierno ha legitimado sus polémicas medidas económicas con el argumento de que, con el alza de las pensiones, la subida del SMI o el impuesto a bancos, energéticas y grandes fortunas, España está alineándose con el espíritu intervencionista de los tiempos, como demuestra la política económica de distintos organismos internacionales y de los mismos EEUU.
Está por ver, en cualquier caso, que el renovado estatismo socialdemócrata vaya a ser la solución a los problemas de esta crisis.
Puigdemont lleva las de perder en Europa
El fin de la espantada europea del prófugo Carles Puigdemont podría estar cerca. Durante la vista celebrada ayer en la que se vio el recurso presentado por el expresidente catalán contra el Parlamento Europeo por haber levantado su inmunidad en 2021, la presidenta del Tribunal General de la UE (TGUE) cuestionó los argumentos de la defensa de Puigdemont. Poco antes, también la Eurocámara los había rechazado.
Además, el Parlamento Europeo concedió que reconocer a Puigdemont como eurodiputado y otorgarle la inmunidad en 2020 fue "probablemente ilegal", lo que significa que nunca debió haberse beneficiado de los privilegios jurídicos asociados al cargo. A la espera del fallo, el prófugo lleva las de perder y todo apunta a que recibirá un dictamen contrario a sus intereses sobre la retirada de su acreditación como diputado. Esto supondría el levantamiento definitivo de su inmunidad parlamentaria y la reactivación de la euroorden contra él.
Las grotescas andanzas por Bélgica del huido de la justicia española podrían llegar así pronto a su fin. Sin embargo, de acabar siendo extraditado a España podrá beneficiarse previsiblemente de la derogación del tipo penal de la sedición que, pertinentemente, acaba de ser aprobada.
Marlaska, en apuros por Melilla
Hasta ahora, Fernando Grande-Marlaska había conseguido burlar la comisión de investigación del Congreso de los Diputados por su posible responsabilidad en la masacre de la valla de Melilla del pasado 24 de junio. El PP, que había votado con el PSOE para frenarla, ha preferido dejar ahora que el ministro del Interior comparezca en la Cámara el próximo 30 de noviembre.
Pero las explicaciones de Marlaska sobre la mortal estampida en el paso fronterizo del Barrio Chino difícilmente podrán alejar las dudas sobre la veracidad de la versión que sostiene Interior. Porque después de haber visionado las imágenes grabadas por las Fuerzas de Seguridad en las inmediaciones de la valla de Melilla, los diputados se han reafirmado en su tesis de que los hechos sucedieron en suelo español, y que por tanto el ministro miente.
Además, tras haber visto las más de 6 horas de grabaciones remitidas por Interior (que en un principio se negaba a aportar), la oposición se ha mostrado indignada por el hecho de que las cámaras dejaron de grabar a continuación de que se produjera la avalancha. Las justificaciones que Interior aduce en su descargo por estos sospechosos cortes son tan inverosímiles que resulta imposible no dudar de la versión del Gobierno.
El reportaje de la BBC que aseguraba que agentes marroquíes arrastraron cadáveres de los asaltantes desde suelo español, el informe del Defensor del Pueblo que destacó las irregularidades del rechazo por los agentes españoles, y la omisión de imágenes de los momentos clave de la tragedia ponen a Marlaska entre la espada y la pared. El ministro debe cesar esta bochornosa actitud elusiva y esclarecer los hechos acaecidos en la valla.
*** El Merodeador es el seudónimo colectivo de la sección de Opinión de EL ESPAÑOL integrada por Cristian Campos, Jorge Raya Pons y Víctor Núñez.