En anterior artículo puse de manifiesto el contraste entre la rápida aparición de metralla en el atentado perpetrado con una sola bomba en el metro de San Petersburgo, y la ausencia de pruebas de la existencia de la misma en las once explosiones producidas en el interior de cuatro trenes en el atentado del 11-M en Madrid.
Se ha producido después, el pasado 11 de abril, un nuevo atentado contra un vehículo de viajeros, esta vez contra un autobús de Dortmund que transportaba al equipo de fútbol local, el Borussia. En este caso, tres bombas explotaron fuera del autobús. Pues bien, los investigadores policiales determinaron rápidamente que los artefactos contenían metralla, pues ésta fue encontrada tanto en el cuerpo del único herido por las explosiones, el jugador español Marc Bartra, como en el equipamiento del propio autobús atacado.
La presencia de metralla en el cuerpo de Bartra fue dada a conocer por muchos medios de comunicación, entre ellos EL ESPAÑOL, que decía en su edición de aquel día: "El único jugador herido fue el español Marc Bartra, operado en la noche del martes en un hospital de Dortmund al presentar fractura del radio a la altura de la muñeca derecha y esquirlas en la mano, según las informaciones facilitadas por el club".
En cuanto a la presencia de metralla en el autobús, diversos medios informaron de la presencia de esquirlas de metal en el respaldo de la cabeza de un asiento (1).
Contrastes con la investigación del 11-M
Así que de nuevo nos encontramos con una rápida y positiva investigación policial de la metralla utilizada en un atentado terrorista, investigación que creo pertinente comparar con la del 11-M en la que, 13 años después, seguimos sin saber cómo es posible que la sentencia considere que se utilizaron artefactos provistos de metralla cuando ésta no apareció en las víctimas y no consta en el sumario que nadie investigase su presencia directa en los trenes.
No me voy a extender sobre la ausencia de clavos y tornillos en las víctimas, pues ya me he referido en artículos anteriores a las declaraciones judiciales que, confirmando esa ausencia, realizó la doctora Baladía, directora y coordinadora de las autopsias de las víctimas. En cuanto a la ausencia de metralla en los trenes, si bien es verdad que año y medio después del atentado surgieron de pronto unos pocos clavos y tornillos supuestamente recogidos en los trenes, aunque inexistentes para cuatro periciales anteriores dedicadas precisamente al estudio de la metralla, creo que en estos artículos he dejado claro que esas muestras, aparte de su escasez, sufrieron tales irregularidades en su manipulación y tratamiento, con ausencia de cadena de custodia, que es lícito dudar de su autenticidad.
La investigación de los trenes
No obstante, bien pudiera ser que, al igual que en el autobús de Dortmund apareció metralla en al menos un asiento tras explotar unos artefactos en el exterior, en los trenes del 11-M, con 11 explosiones producidas en el interior de esos trenes, podría haber aparecido metralla en algunos asientos o en otros elementos constitutivos de los vehículos.
En ese sentido, en las únicas inspecciones realizadas antes de destruir los trenes e incorporadas al sumario, es decir, en las inspecciones oculares técnico policiales de los cuatro trenes realizadas por agentes de la Policía Científica el mismo 11 de marzo, nada se dice de la presencia de rastros de metralla en el interior de los trenes. Y no consta en el sumario que se hiciera ninguna otra inspección de los trenes antes de destruirlos, a pesar de que los Tedax de Madrid propusieron trasladarlos a un apeadero del distrito de Vicálvaro donde realizarían, durante semanas, una inspección exhaustiva de los convoyes explotados (2). Pero, para su sorpresa, su petición no fue atendida y los trenes empezaron a ser retirados para su desguace en la misma noche del día 11.
Informe conjunto sobre las explosiones
Hubo que esperar un año para que el juez Del Olmo ordenase la realización de una pericial sobre las explosiones en los trenes del 11-M (3). Encomendó su realización a cuatro especialistas Tedax, dos de la Guardia Civil y otros dos del Cuerpo Nacional de Policía. Pero claro, el propio juez sabía que estaba encargando hacer la pericial demasiado tarde, pues los trenes ya no existían desde hacía un año (4), por lo que pidió a los peritos que se basaran en periciales anteriores y en la documentación gráfica disponible.
¿Por qué permitió Del Olmo que se destruyeran los trenes antes de realizar esa importantísima pericial? ¿Por qué tardó tanto en ordenar su realización? El resultado de tanto despropósito fue que tan sólo se hicieron directamente sobre los trenes las ya citadas inspecciones oculares técnico policiales, las cuales, como hemos visto, no aportan nada sobre el asunto de la metralla.
En cuanto al asunto que ahora nos ocupa, esto es, la posible existencia de rastros de metralla en elementos tales como los asientos, como ha ocurrido en el autobús de Dortmund, es esclarecedor lo que escriben los propios peritos del citado informe conjunto Policía-Guardia Civil cuando califican de determinante en la investigación de las explosiones el estudio de "asientos, revestimientos interiores, ventanas".
Pero, desgraciadamente, casi todos esos elementos cuyo estudio era tan determinante fueron destruidos y desaparecieron por toneladas en los días inmediatamente posteriores al 11-M. Los peritos tuvieron que sustituir ese determinante material por fotografías tomadas, entre otros, por ferroviarios, municipales y bomberos, y no reflejaron en el acta de la pericial que en esas fotografías se apreciase ninguna traza de la presencia de metralla.
Es decir, en el 11-M, con 11 explosiones producidas en el interior de 4 trenes, no existe ninguna referencia sumarial a la existencia de trazas de metralla en los elementos interiores de los propios trenes.
Pero entre esas 11 explosiones hubo una muy especial que se produjo en el transcurso de la desactivación de una mochila bomba encontrada sin explotar en el interior del tren de Atocha. Esa mochila estuvo en manos de los especialistas. Ellos la estudiaron, ellos eran expertos en el asunto y ellos la desactivaron y controlaron su explosión, por lo que es seguro que se cuidaron mucho de recuperar la mayor cantidad posible de sus componentes para analizarlos a fondo después de la desactivación. Por lo tanto, los expertos Tedax pudieron investigar, como era su obligación, la posible presencia de metralla entre sus componentes.
Para tratar de aclararlo, vamos a acudir a las propias declaraciones judiciales de esos peritos Tedax incluidas en el auto de procesamiento.
Los artefactos no contenían metralla
Por lo tanto, podemos afirmar que en el atentado del 11-M no hay indicio alguno de la presencia de metralla en los artefactos que explotaron en los trenes, como sí la había, al parecer, en la mochila encontrada en la comisaría de Vallecas, pero que nadie vio en ningún tren. Y en esa mochila, de procedencia tan dudosa y cuyos efectos, de haber explotado en un tren, habrían sido tan distintos de los realmente producidos, se basa toda la sentencia del 11-M.
Con todos estos antecedentes ¿se puede afirmar tranquilamente, como hace la sentencia, que las bombas de los trenes eran como la de Vallecas y basar en ello toda la sentencia y las correspondientes condenas?
¿Se puede dar así por cerrado el asunto y no investigar más?
*** Carlos Sánchez de Roda es ingeniero y autor del libro 'Los trenes del 11-M' (Última línea, 2015), donde expone cómo la precipitación en el desguace de los vagones provocó grandes lagunas e incluso errores judiciales que podrían haberse evitado.
1. Entre otros, el diario ABC del 13 de abril.
2. Así lo declaró ante la juez Coro Cillán el entonces inspector jefe de los Tedax de Madrid, Cáceres Vadillo, el 23 de noviembre de 2011, en la instrucción de la querella presentada contra el entonces jefe de los TEDAX, Sánchez Manzano, por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M.
3. Providencia del Juez de 16 de marzo de 2005, folio 39.286 del sumario.
4. Sí existía todavía el tren de Santa Eugenia, que estaba siendo reparado en esas fechas, y que fue entonces visitado precisamente por policías y guardias civiles, pero en la pericial nada se dice de tal circunstancia, y ese tren es tratado como destruido, igual que los otros.