Meritxell Batet, Miquel Iceta, Josep Borrell y Grande-Marlaska han sido los mensajeros encargados de anunciar las diez concesiones, de momento tan sólo insinuadas a la remanguillé en entrevistas y ruedas de prensa, con las que Pedro Sánchez ha tanteado la predisposición del Gobierno de Quim Torra a acatar la legalidad y cejar en su golpe contra la democracia. Los resultados han sido de momento nulos, cuando no contraproducentes. 

LAS DIEZ CONCESIONES DE PEDRO SÁNCHEZ

1. Acercamiento a Cataluña de los políticos presos.

La decisión recae en el Ministerio del Interior y en Instituciones Penitenciarias en el caso de los presos condenados en firme, pero no está claro quién debería decidirla en el caso de los presos provisionales. Llarena dice que Interior. Grande-Marlaska, que el juez Llarena.

La mera existencia de este debate competencial evidencia que las pretensiones del PSOE carecen de precedentes claros. El mismo concepto de acercamiento de presos provisionales a la espera de juicio es absurdo. Una señal más, en definitiva, de las prisas del Gobierno por ceder frente al nacionalismo catalán

2. Una reforma de la Constitución en clave federalista y en el sentido deseado por los partidos separatistas catalanes.

Una reforma que, tal y como ha sido planteada en entrevistas, artículos y ruedas de prensa por miembros del Gobierno y del PSOE, consagraría una jerarquía de ciudadanos de primera (catalanes y vascos nacionalistas) y de segunda (el resto de los españoles, incluidos catalanes y vascos no nacionalistas).

3. Bilateralidad en las relaciones entre el Gobierno y el Gobierno autonómico catalán.

En la práctica, tratamiento de nación para Cataluña. Algo contra lo que ya se han levantado algunas voces en el Partido Socialista… del País Vasco. 

4. 45 de las 46 reivindicaciones que Carles Puigdemont le exigió a Mariano Rajoy antes de huir de la Justicia en octubre del año pasado.

De esas 46 reivindicaciones, sólo quedaría fuera del paquete de concesiones la relativa a un referéndum de independencia. Referéndum que es aceptado abiertamente por amplios sectores del PSC… con la prevención de que este debería ser acordado con el Gobierno. Dado que el Gobierno está ahora en sus manos, es de prever que la concesión 46 acabe llegando en un momento u otro.  

5. Recuperación de los catorce artículos del Estatuto catalán revocados por el Tribunal Constitucional.

Dado que esos artículos son, obviamente, inconstitucionales, se desconoce si la vía para su recuperación sería una reforma de la Constitución a la medida del carlismo catalán y vasco o un apaño jurídico que legalizara lo ilegal. Es decir un fraude de ley. 

6. Acuerdos "parciales" que restauren la confianza.

Una propuesta de Meritxell Batet, que tras apenas una semana de actividad como ministra se ha consagrado ya como el submarino nacionalista con el que el PSC pretende torpedear las expectativas electorales del PSOE en el resto de España. Esos acuerdos "parciales" consistirían en nuevas cesiones por parte del Gobierno que Quim Torra y su Gobierno aceptarían, magnánimamente, a cambio de una vaga promesa de acatamiento de la ley. El habitual déjà vu nacionalista.

7. La libertad "condicional" de los políticos presos.

Una propuesta de Miquel Iceta. En realidad, lo que el líder del PSC quiso pedir es la libertad provisional de los presos –la libertad condicional sólo se da cuando los presos ya han sido condenados– pero en cualquier caso el mensaje al Poder Judicial está claro: los sectores más nacionalistas del PSC verían con muy buenos ojos la liberación de los presos imputados por rebelión y sedición

8. Una reforma constitucional que "reconozca la diversidad y el autogobierno de las comunidades".

Dado que eso ya está recogido en la Constitución actual, parece bastante más probable que lo que esté pidiendo el realidad el PSOE sea una reforma constitucional que niegue la diversidad en esas propias comunidades autónomas y consagre la desigualdad de ciudadanos nacionalistas y no nacionalistas en Cataluña, País Vasco y, quizá, Valencia y Baleares. 

9. Sumisión.

Con el argumento de que "una pancarta no impedirá el diálogo", el líder del PSC Miquel Iceta aceptó reunirse con un Quim Torra cuya primera decisión como presidente de la Generalidad fue colgar del balcón del palacio una pancarta en apoyo de presuntos delincuentes y que, implícitamente, afirma que España es una dictadura que mantiene en sus cárceles a presos políticos.

Resulta llamativo que Torra no llegará a la misma conclusión que Iceta y retirara la pancarta con el argumento de que "una pancarta no impedirá el diálogo". Resulta llamativo, en fin, que el PSOE y el PSC, que decían no querer "vencedores ni vencidos", hayan interpretado con tan humilde docilidad su papel de vencido a las primeras de cambio. 

10. Una Hacienda federal.

Una vieja propuesta del PSC que, en la práctica, convertiría a Cataluña en un Estado independiente en el ámbito fiscal y le permitiría exigir todos los impuestos que se recaudan en Cataluña. La propuesta incluye una mención a un débil "consorcio con el Estado" que, en la práctica, quedaría en papel mojado. 

LAS DIEZ RESPUESTAS DE QUIM TORRA Y EL SEPARATISMO A LAS DIEZ CONCESIONES DE PEDRO SÁNCHEZ

1. Exigencia de disculpas al Rey. 

Preguntado por su hipotética asistencia a la inauguración de los Juegos Mediterráneos el próximo 22 de junio en Tarragona, donde está previsto que coincida con el Rey, Quim Torra ha anunciado su intención de exigirle a Felipe VI disculpas públicas, de recordarle la existencia de "presos políticos" y de apremiarle a que reconozca "que Cataluña será lo que los catalanes quieran que sea"

2. Más insultos supremacistas.

Mientras a Màxim Huerta se le reprochaba el inocente sarcasmo de sus viejos tuits contra el deporte, Quim Torra departía amigablemente con Miquel Buch, consejero de Interior del Gobierno autonómico catalán y autor de la frase: "Los catalanes hemos invitado al vecino que pasa hambre, mientras ellos se comían el filete, nosotros el pan de ayer; por si fuera poco, este vecino viene a casa a insultarnos".

La frase de Buch puede encontrarse en su libro El tigre soberanista y es una más de las muchas que los miembros del Gobierno catalán han escrito o pronunciado durante los últimos años y que serían motivo de cese fulminante, fuera cual fuese su antigüedad, en cualquier otro Gobierno europeo, nacional o regional, que no fuera el catalán. "El castellano es una lengua de dominación impuesta mediante un proceso de colonización" de la consejera de Cultura Laura Borràs, por ejemplo. O esta frase del consejero de Administración Pública Jordi Puigneró: "¿Cuál es la diferencia entre un español y un mongol?".

3. Denuncia contra el juez Llarena.

El presidente del Parlamento autonómico catalán, Roger Torrent, ha presentado en nombre de la institución una denuncia contra el juez Llarena por "detención ilegal, vulneración de derechos fundamentales y prevaricación". La denuncia de Torrent será estudiada por Ciudadanos por si pudiera ser constitutiva de un delito de malversación de fondos públicos

4. A las órdenes de un prófugo de la Justicia.

El tuitero y expresidente del Gobierno regional catalán, Carles Puigdemont, ha exigido a Quim Torra que no acuda a ningún acto en el que esté presente el Rey. El veto alcanza también a los miembros del antiguo Gobierno de Mariano Rajoy y es una más de las muchas exigencias que el prófugo de la Justicia se ha permitido imponerle al presidente de la Generalidad. Torra, de momento, ha obedecido todas sus instrucciones. 

5.  Reapertura de las embajadas catalanas y el Diplocat.

Torra pretende reabrir las nueve embajadas catalanas cerradas durante la aplicación del 155 y de reactivar el Diplocat, el llamado Consejo de la Diplomacia Pública de Cataluña. Las embajadas y el Diplocat fueron los altavoces de la estrategia de comunicación internacional de la Generalidad y los organismos responsables de la caricaturización de España en medios de prensa europeos como un Estado autoritario en la línea de la Turquía de Erdogan

6. Listas de empresas "comprometidas con la república".

La ANC, fuerza de choque del separatismo en las calles catalanas, ha anunciado su intención de elaborar una lista de empresas "comprometidas con la república". El objetivo, tan surrealista como involuntariamente jocoso, es boicotear a las empresas del IBEX 35 y señalar, por defecto, a las empresas que no compartan las consignas xenófobas del nacionalismo catalán

7. Purga del jefe de los Mossos d'Esquadra.

El sucesor de Josep Lluís Trapero al frente de los Mossos d'Esquadra, Ferran López, ha sido descabalgado de la estructura de mando que está preparando el consejero de Interior de la Generalidad catalana, Miquel Buch, con mandos afines al proceso separatista. Ferran López, que oficialmente habría renunciado voluntariamente al cargo, había sido muy criticado por el separatismo por su respeto a la legalidad y la Constitución, llegando incluso a ser acusado de "colaboracionista". El nuevo jefe de los Mossos será, sin duda alguna, alguien en sintonía con la ideología del nuevo Gobierno catalán. 

8. Veto a los Premios Princesa de Gerona.

La Fundación Princesa de Gerona no encuentra un espacio para la entrega de los Premios Princesa de Gerona, prevista para el 28 de junio. El Ayuntamiento de Gerona ha vetado la entrega de los premios en el auditorio de la localidad y el alcalde de la sede sustituta, Vilablareix, también se ha negado a ello. De momento, los Premios Princesa de Gerona no tienen sede y la entrega de premios está en el aire

9. Primero ellos, y luego el resto.

Trato bilateral, de Gobierno a Gobierno, como si Cataluña fuera un Estado independiente. Y mucho cuidado con situar a Cataluña a la misma altura que el resto de regiones españolas, considerarla "una comunidad autónoma más" o reunirse con los presidentes de otras regiones antes que con los nacionalistas catalanes. Eso es lo que le ha exigido Quim Torra a Pedro Sánchez, de muy malas maneras, con un tuit que pasará a la historia como el más cargado de ínfulas de grandeza jamás escrito por un presidente de una simple comunidad autonómica española

10. Los pasos atrás, sólo para coger carrerilla.

Lo han dicho tanto Elsa Artadi como Quim Torra como el resto de consejeros del Gobierno: ni se va a renunciar a la unilateralidad ni a la hoja de ruta hacia la independencia. El plan está claro para todo aquel que tenga oídos en la Moncloa: el nacionalismo utilizará todas las concesiones del Gobierno central como una palanca hacia la futura independencia. "Aprovecharemos todas las debilidades del Gobierno" dijo Elsa Artadi a principios de esta semana. Y al Gobierno de Pedro Sánchez le faltó tiempo para hacerle una lista de ellas.