Una de las cuestiones más llamativas en la esperada elección de vicepresidente por parte del candidato demócrata Joe Biden fue si las mujeres consideradas para el puesto eran demasiado ambiciosas. Una pregunta extraña cuando se habla de políticos que son, por naturaleza, profundamente ambiciosos. Pero Bilden nos prometió una mujer y cosas más extrañas han sucedido cuando se habla de candidatas.
Algunos de los aliados de Biden, en particular el exsenador Chris Dodd y el exgobernador de Pensilvania Ed Rendell, se sentían incómodos por el hecho de que la senadora Kamala Harris hubiera puesto originalmente su mirada en la Presidencia. Como si trazar su propio camino hacia la Presidencia la hiciera menos leal a Biden o a sus objetivos políticos. Esto es ridículo, pues el propio Biden fue candidato en 2008, al igual que Dodd. Lo que demuestra que no es raro que los candidatos a vicepresidente provengan del grupo de participantes en las primarias.
Además, muchos vicepresidentes -no menos de 14- han terminado convirtiéndose en presidentes. Y no sólo Harris fue señalada por su ambición; algunos también se opusieron a Stacey Abrams, la primera mujer negra en ser candidata a gobernadora por uno de los grandes partidos, al haber declarado con franqueza que quería el puesto de vicepresidente.
En contraste, otra mujer de color que fue muy tenida en cuenta para el posible cargo de vicepresidente fue Karen Bass, también de California, que dijo que no podía "imaginar" convertirse en presidenta. Eso sí debería haberla descalificado (y puede que lo hiciera). ¿Por qué? Porque si es elegido, Biden tendrá 81 años cuando llegue su reelección.
Muchos asumen que Biden sólo cumplirá un mandato, lo que significa que más que un vicepresidente ha nombrado a un probable sucesor. En Harris, elige a alguien que, según sus palabras, está "lista para ser presidente desde el primer día". Al elegir a una mujer abiertamente ambiciosa, Biden ayuda a romper esos dobles raseros que persiguen a las mujeres en la política y en todas las actividades profesionales.
Muchos creen que Biden sólo cumplirá un mandato, así que más que un vicepresidente ha nombrado a un probable sucesor
Curiosamente, un estudio reciente muestra que las mujeres negras son más ambiciosas que las blancas: el 22% de las mujeres negras aspiran a una posición destacada en su profesión por sólo el 8% de las mujeres blancas. Más importante aún, tienen más confianza en su capacidad para liderar: 43% frente al 30%.
Sin embargo, estas mujeres se sienten más estancadas en sus carreras. La propia Harris abordó este tema en una conferencia para jóvenes negras. "Habrá una resistencia a vuestra ambición", dijo. "Habrá gente que te dirá 'estás fuera de tu carril', porque están agobiados al ser sólo capaces de ver lo que siempre ha sido y no lo que puede llegar a ser. Pero no dejes que eso te agobie”.
También fue ambicioso por parte del propio Biden elegir a Harris. Según muchas versiones, la escogió porque es su mejor apuesta para ganar la Casa Blanca en noviembre, aunque hubiera podido encontrar a alguien con quien haberse sentido más cómodo.
Harris aporta mucho al ticket electoral. Vista como una "apuesta segura para la vicepresidencia", Harris no resta en absoluto. Ha sido examinada públicamente durante su propia carrera presidencial, es una activista experimentada a nivel nacional y refuerza la marca de Biden con una posición política de izquierda moderada. Si bien sólo ha sido senadora durante cuatro años, fue la Fiscal General de California, el Estado más grande del país. Quizás lo más notable es que aporta energía y entusiasmo a una candidatura que de otro modo sería aburrida.
Harris ha sido siempre favorita para el puesto, mientras otros candidatos aparecían y se desvanecían en un segundo plano. No siendo su elección una sorpresa, ha desatado una alegría enorme en buena parte del Partido Demócrata, especialmente entre mujeres y personas de color.
Harris aporta mucho al ticket electoral y refuerza la marca de Biden con una posición política de izquierda moderada
En la desesperación por vencer a Trump, ya pareció bastante cínico nominar para la Presidencia a otro hombre-mayor-blanco. Por ello, otorgar la vicepresidencia sólo a una mujer hubiera quedado como un premio de consolación poco convincente, tanto por la nominación de Biden por delante de tantas mujeres, como por la aplastante derrota de Hillary en 2016. Otorgando la vicepresidencia a una mujer negra, Biden mata dos pájaros de un tiro al contentar también a la comunidad negra, recientemente convulsionada por las protestas contra la brutalidad policial racista.
Todo esto sigue siendo cierto ahora que la nominación de Harris es oficial, pero el progreso es progreso y es muy necesario, junto con la ambición, cuando se trata de mujeres. Y particularmente de mujeres negras en la política estadounidense.
Harris representa muchas primicias: la primera mujer negra y la primera mujer asiática en una lista de partidos importantes, así como la primera californiana y la primera perteneciente a la Generación X (entre los baby boomers y los millennials) en una lista demócrata. Todo esto suma puntos en un candidato a vicepresidente ahora que se cumplen 100 años desde que las mujeres obtuvieron su derecho al voto en Estados Unidos.
Los otros tres principales candidatos, Joe Biden, Donald Trump y Mike Pence, son todos hombres blancos, lo que es un claro recordatorio de que la obtención del derecho a voto ha producido pocos avances en términos de representación femenina en cargos electos. Las mujeres representan sólo el 25% del Congreso de los Estados Unidos y sólo han visto una candidata presidencial en representación de uno de los grandes partidos. Ahora, tres candidatas a la vicepresidencia. En cien años ha habido cero presidentas y cero vicepresidentas.
El progreso de las mujeres ha sido dolorosamente lento, pero no se logrará sin ambición. Gracias, Kamala, por ser descaradamente ambiciosa, y gracias Joe por no tener miedo a elegir a una mujer ambiciosa.
*** Alana Moceri es experta en relaciones internacionales, escritora y profesora de la Universidad Europea de Madrid.