¿Por qué debería preocuparnos que la Covid-19 haya despertado al Leviatán del Gran Gobierno?
La Covid-19 ha servido como pretexto para que los gobiernos acaparen más poder del que han disfrutado durante 80 años. Pero, ¿es el Leviatán lo que necesitamos?
1. ¿Hemos salido de la epidemia de Covid-19 gracias a los confinamientos, las sanciones y el recorte más radical de derechos civiles desde la II Guerra Mundial? ¿O gracias al desarrollo de las vacunas por parte del sector farmacéutico privado?
2. Cierto. La infraestructura de los gobiernos ha facilitado la distribución de las vacunas. Algunas de ellas, además, han sido financiadas parcialmente con fondos públicos.
3. Pero la pregunta es… ¿habría producido el sector público una vacuna con la misma eficiencia que el sector privado a la vista de cómo ha gestionado la evolución de la pandemia?
4. Un segundo modo de enfocar el debate. ¿Quién ha causado la mayor quiebra de la economía mundial desde la crisis financiera del 2008? ¿La epidemia o esos encierros literalmente medievales impuestos por los gobiernos a sus ciudadanos?
5. Y hasta un tercero. ¿Qué ha ocurrido cuando los gobiernos han interpretado políticamente las recomendaciones científicas de esos comités de expertos que, en algunos casos (como el de España) ni siquiera existían?
6. 183 millones de contagios. Cuatro millones de muertos. Oscurantismo interesado respecto al origen de la pandemia. Gobiernos de todo el planeta imitando las medidas puestas en funcionamiento por otros gobiernos (por otras comunidades autónomas en el caso de España) sin saber a ciencia cierta por qué y para qué. Ese es el balance final de la pandemia.
7. Los encierros de millones de ciudadanos en todo el mundo (el Ejecutivo español presumió de que el nuestro había sido "el confinamiento más duro" del planeta), ¿tenían una justificación científica o respondían sólo al miedo gubernamental a las posibles críticas?
8. Y eso por no entrar en el meollo del problema. La responsabilidad del mayor gobierno-leviatán del planeta, el chino, en el origen de la pandemia.
9. Dicho de otra manera. El leviatán originó el problema, el leviatán respondió a ese problema generando dos crisis (la sanitaria y la económica) y el leviatán llegó luego a la conclusión de que la solución a ambos problemas era… más leviatán.
10. En 2020, el sector público español rebasó el 50% del PIB (llegó al 51,5%) y superó así, por primera vez en democracia, el peso del sector privado. Un año antes, ese peso era sólo del 41%.
11. Que el sector improductivo supere al productivo no es una buena noticia. Si ese sorpaso va acompañado de una mayor intromisión del gobierno en las vidas de los ciudadanos (por la vía de los impuestos, la pérdida de soberanía nacional y personal, las restricciones de derechos civiles y el peso cada vez mayor de leyes ideológicas cuyo objetivo final es la división de la sociedad en compartimentos estancos, irreconciliables e incomunicados) el resultado es el triunfo del Leviatán ciego, sordo y estúpido de Thomas Hobbes. Es decir, de un gobierno formalmente democrático, pero intrínsecamente absolutista.
12. La decisión de la OCDE, este pasado jueves, de imponer un impuesto de sociedades mínimo de un 15% en 130 países abre la puerta de la Nación al leviatán. Se espera que 126.000 millones de dólares pasen así del sector privado al público. Podemos ha pedido ya que la aplicación de ese impuesto sea "inmediata" en España.
13. La excusa de ese impuesto es acabar con la creatividad fiscal de las grandes tecnológicas. Un problema generado no por el intrínseco egoísmo de esas tecnológicas, sino por la incapacidad del leviatán para entender que es la propia naturaleza del sector digital la que conduce de forma espontánea e inevitable a la formación de monopolios.
14. De nuevo, la incapacidad del leviatán para comprender la verdadera naturaleza de un sector concreto de la economía es solucionada ampliando el poder del leviatán en todos los sectores de la economía.
15. Los espacios de poder ganados por los gobiernos durante esta epidemia no serán devueltos jamás a sus legítimos propietarios: los ciudadanos.
16. Los líderes del G7 se vanagloriaron hace sólo tres semanas del billón de euros anual que gastarán durante la próxima década para "impulsar el crecimiento". La cantidad es suficiente para distorsionar por completo los equilibrios de la economía mundial. Para que el sector privado dependa todavía más del sector público.
17. Ese incremento pantagruélico del gasto generará con total seguridad la ficción de que es posible no sólo mantener el Estado del bienestar en los niveles actuales, sino incrementarlo sensiblemente, sin coste alguno para el contribuyente.
18. Es, por supuesto, una idea falsa apoyada sobre un único pilar: los bajos tipos de interés actuales.
19. Una idea, además, basada en una premisa no ya errónea, sino magufa: la de que la incorporación de millones de inmigrantes de baja cualificación será suficiente para pagar las pensiones de alta cualificación de la sociedad que les acoge, cuando esos inmigrantes de baja cualificación ni siquiera serán capaces de financiarse su propia pensión.
20. Hasta hace sólo unos años, sobre todo tras la crisis financiera de 2008, la idea predominante era la de que los gobiernos tienen la obligación de corregir las desigualdades generadas por el libre mercado.
21. En 2021, la idea predominante es la de que el Estado debe corregir cualquier tipo de desigualdad económica, social o cultural. Sea esta real o percibida.
22. La diferencia entre las desigualdades reales y las percibidas es que las segundas son más caras de solucionar.
23. En la práctica, esto equivale a pedirle al Estado que asuma la responsabilidad sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.
24. Como explicaba Robert Redeker en EL ESPAÑOL esta semana, esa delegación en el gobierno de toda la responsabilidad en el bienestar de los ciudadanos convierte a estos en animales domésticos del Estado.
25. Cuando la obsesión del ciudadano es el bienestar, hasta la muerte se convierte en una prolongación de ese bienestar. Y de ahí la exigencia de que el gobierno nos proporcione eutanasias dulces a cargo del presupuesto público. La muerte es ya un servicio más del Estado para garantizar tu felicidad.
26. Hay un factor relevante más. El llamativo progreso de China durante las dos últimas décadas (real o exagerado, pero indiscutible en términos generales) está enseñando a los gobiernos occidentales que existe un camino hacia la prosperidad económica que no pasa por la democracia.
27. Hasta hace veinte años, y ahí está la obra de Francis Fukuyama para demostrarlo, la idea dominante era la de que la democracia liberal y el libre mercado eran imprescindibles para el progreso económico y social de las naciones.
28. Ya no es la idea dominante. China ha demostrado que existe un camino alternativo: el del leviatán capaz de someter a más de mil millones de ciudadanos a cambio de un trampantojo de progreso y libertad.
29. La libertad no es ya un ingrediente imprescindible para el progreso. Justo lo que el leviatán estaba esperando para ocupar todos los rincones que las grandes instituciones tradicionales (la familia, la empresa, la religión, la nación) no han sabido defender.
30. China, con un presupuesto militar anual de más de 200.000 millones de dólares, está obligando además a Occidente a participar en una escalada armamentística muy similar a la de la Guerra Fría. Y una escalada armamentística es cara. Muy cara.
31. Es muy probable que los ciudadanos de la tercera y la cuarta década del siglo XXI sean mucho menos libres que los de los años 80. Los años de Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
32. La era de los gobiernos pequeños (pequeños en términos relativos: el leviatán siempre ha sido un coloso) ha llegado a su fin.
33. Lo que se avecina es una nueva era en la que los gobiernos ocuparán esos espacios que la familia, la empresa, la religión y la nación se han dejado okupar.