Felipe González desconoce el plan Baker para el Sáhara
Para respaldar el giro del Gobierno español sobre el Sáhara, González aludió a la dificultad de establecer un censo, reproduciendo la misma excusa en la que Rabat se escudó para rechazar el referéndum.
Muchas veces, y casi siempre por pura ignorancia, los medios de comunicación y los responsables políticos profieren tergiversaciones de la realidad y medias verdades sobre el Sáhara Occidental. Entre ellas, siempre ha figurado la de que el referéndum no ha sido posible por los desacuerdos respecto al censo.
Un falso mantra que se repite constantemente y al que hace pocos días se ha sumado el expresidente del Gobierno Felipe González. Aunque en su caso sea difícil atribuirlo a desconocimiento.
"El que conozca el censo que puede desbloquear esa situación que venga y me lo diga", dijo González el pasado viernes, durante un acto en Nueva York, para argumentar por qué le parece que una autonomía dentro de Marruecos, como la que ha respaldado Pedro Sánchez, es la mejor opción.
Lo cierto es que ese censo se propuso por el Consejo de Seguridad de la ONU, en mayo de 2003, en el segundo plan que el exsecretario de Estado estadounidense James Baker III elaboró para la autodeterminación del Sáhara Occidental (Anexo II de la resolución 2003/565). En él se establecía un cuerpo electoral para la consulta en el que estarían incluidos todos los residentes en el territorio desde diciembre de 1999.
"Los desacuerdos respecto al cuerpo electoral habían sido hasta entonces la principal excusa esgrimida por Rabat para posponer el referéndum"
Con ello se daba respuesta a la que hasta entonces había sido la principal excusa esgrimida por Rabat para posponer el referéndum. La de que pudieran votar en la consulta todos los llegados al territorio desde que Marruecos comenzó a ocuparlo militarmente a partir de 1975, y no sólo quienes figuran en el censo español de 1974.
El plan fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU, uno de cuyos quince miembros era entonces España, como la solución óptima para resolver el contencioso. Incluía como opciones posibles tanto la independencia como la autonomía, y contó también con el respaldo del Frente Polisario. Aunque a muchos de sus dirigentes les costó aceptar ese nuevo censo que, a priori, les sería desfavorable.
Quien lo rechazó fue Marruecos. Lo que condujo a que, tras la dimisión de Baker en 2004, la ONU dejase de darle preferencia de manera progresiva hasta no mencionarlo más en sus resoluciones.
"Desde el rechazo del plan Baker por Marruecos, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha podido respaldar ningún plan para el Sáhara Occidental"
Con ello, Marruecos dejó bien claro que el motivo por el que una y otra vez ponía dificultades al referéndum de autodeterminación no era su desacuerdo con el censo, sino su rechazo a que este tuviera lugar y se pudiera producir una autodeterminación efectiva.
Desde entonces, el Consejo de Seguridad no ha podido respaldar ningún plan para el territorio, aunque distintos enviados del secretario general (el último ha sido Staffan de Mistura) hayan intentado poner de acuerdo a las partes y celebrado reuniones bajo sus auspicios en 2007 en Manhasset (Nueva York) y en 2018 en Ginebra.
No obstante, cuando en 2007 Marruecos presentó ante la ONU el plan de autonomía que Pedro Sánchez acaba de respaldar con una carta al rey Mohamed VI (pese a que nunca ha sido aprobado por el Consejo de Seguridad), el Frente Polisario reiteró mediante una propuesta alternativa su disposición a volver a negociar con Marruecos la puesta en marcha del plan Baker.
*** Federico Echanove es periodista.