Calma: la jugada con Argelia le saldrá bien a España
Calma: la jugada con Argelia le saldrá bien a España
¿Y si a las críticas al cambio de postura de España sobre el Sáhara les falta perspectiva? Escucha el nuevo episodio de El foco.
Argelia acaba de romper su amistad oficialmente con España, incluyendo en esa oficialidad el embargo a todo lo que sea español. Es el desenlace (temporal) de un cuento que comenzó hace un año, al menos. Cuando España permitió la entrada de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, para darle asistencia médica y Marruecos montó en cólera y juró venganza.
Sánchez procuró atemperar los ánimos de Mohammed VI. Probó con el cambio en el ministerio de Exteriores, buscó apoyo en Bruselas, rogó ayuda a Felipe VI. Nada funcionó. Hasta que finalmente hizo lo que todos ya sabemos: cambió sorprendentemente la posición histórica de España sobre el Sáhara Occidental. Sin consensuarlo en el Congreso de los Diputados y a espaldas de casi todos los ministros.
Como sea, el resultado del reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara sirvió para firmar las tablas con Marruecos, como mucho. Pero sobre todo para convertir en enemigo un amigo como Argelia. Hay muchos indicios para pensar que la jugada no sale a cuenta. Que es un mal negocio. Pero ¿y si nos estamos precipitando?
He hablado con Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas y colaborador de EL ESPAÑOL, para preguntarle qué podemos esperar en las próximas semanas y meses de Argelia, y para analizar si es posible revertir el descosido diplomático. O si es aconsejable. Que tal vez no.
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