Central nuclear de Trillo (Guadalajara). Foto: CSN

Central nuclear de Trillo (Guadalajara). Foto: CSN

LA TRIBUNA

Desmontando los 10 mitos sobre la energía nuclear

La crisis energética está propiciando el renacimiento de la energía nuclear. Pero también ha reactivado su leyenda negra, a pesar de ser una energía barata, limpia y segura.

13 octubre, 2022 02:56

Pese a que las verdaderas dificultades de la crisis energética las padeceremos este invierno, ya estamos en condiciones de evaluar el modelo energético europeo de estos últimos años. Y el resultado es un fracaso absoluto.

No disponemos de un sistema que garantice energía barata a familias y empresas, somos cada vez más dependientes de terceros y seguimos haciendo un importante daño al medioambiente. Frente a esta realidad se pueden tomar dos vías. Reconocer los errores y proponer nuevos caminos, como ya se atreven a hacer muchos países, o empecinarse en el modelo que nos ha llevado hasta la actual situación.

Planta de energía eólica de la empresa de servicios públicos alemana RWE.

Planta de energía eólica de la empresa de servicios públicos alemana RWE. Reuters

La energía nuclear aparece ahora como la esperanza para cada vez más gobiernos de Europa y del mundo. Una tecnología que, pese a la demonización a la que ha sido sometida, sigue siendo la principal fuente de electricidad de Europa. Sus habituales detractores tratan ahora de enfrentarla a las energías renovables, como si fueran tecnologías incompatibles.

Lo cierto es que, ahora que asistimos a un renacer de la energía nuclear, parece haberse activado de nuevo su leyenda negra. Mentiras y medias verdades que confunden a la opinión pública. Por eso, frente a los bulos más comunes sobre la energía atómica, expongo aquí un decálogo de verdades y argumentos sobre una tecnología que está protagonizando un cambio de rumbo histórico del modelo energético internacional.

1. Costes

Ninguna sociedad prospera sin acceso a energía barata. La energía nuclear tiene los costes más bajos de producción, en torno a los 50€ MWh, muy por debajo de otras tecnologías con prestaciones similares.

Tendemos a considerar que la producción con energías renovables es baja por el ahorro en combustible, pero olvidamos que estas tecnologías necesitan otra tecnología de apoyo para cuando no están disponibles. En el caso de España el gas metano, también llamado gas natural.

A la postre, las renovables resultan sumamente caras para los ciudadanos, que al final tienen que pagar los costes de dos instalaciones.

"A la energía nuclear le ocurre como a la aviación: es el medio de transporte más seguro, pero los pocos accidentes que se producen distorsionan por completo nuestra percepción"

2. Seguridad

La energía nuclear es una de las formas más seguras de producir electricidad. Sin embargo, a la energía nuclear le ocurre como a la aviación. Es el medio de transporte más seguro, pero los pocos accidentes que se producen distorsionan por completo nuestra percepción.

La energía nuclear es absolutamente segura. Tanto, que la Unión Europea la ha incluido en la taxonomía de energías verdes, ya que su impacto en las personas es similar al de la energía eólica y solar. Valga el ejemplo de Fukushima, donde, pese al alarmismo que generó, no se produjo ningún caso confirmado de muerte por radiación.

3. Impacto medioambiental

La energía nuclear es la forma de producir electricidad con un menor impacto ambiental. La energía nuclear es la tecnología que menos superficie necesita para producir electricidad.

Un ejemplo. Las cinco centrales nucleares generan prácticamente la misma electricidad que todos los aerogeneradores instalados en España (alrededor de 22.000).

La energía nuclear genera una pequeña cantidad de residuos similar a los producidos con la energía eólica o solar. Además, son residuos gestionables y la gran mayoría reutilizables. Cuando termina el uso del combustible nuclear en la central, este residuo es reaprovechable en un 97%. Además, la energía nuclear es la tecnología que necesita menos materiales de la naturaleza (muchos de ellos escasos y contaminantes) en todo el ciclo de vida.

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4. Cambio climático

La energía nuclear es la mejor forma de combatir el cambio climático. Globalmente, la energía nuclear es la segunda tecnología, después de la hidroeléctrica, que genera más electricidad limpia o verde.

Los países con más energía nuclear, como Francia, Suecia o Finlandia, son los que producen menos emisiones de CO2 para producir electricidad (100 CO2gr/kWh) en comparación con otros países que han apostado por otras tecnologías tres veces más contaminantes, como Alemania, Dinamarca o España (300 gr CO2/kWh)

5. Construcción

La construcción de centrales nucleares puede ser muy rápida. El propio presidente del Gobierno puso en circulación un bulo según el cual se tardan veinte años en poner en marcha una central. La realidad de los datos dice todo lo contrario.

Por ejemplo, Francia y Japón construyeron cincuenta reactores en veinte años, a una media de cuatro años cada una. Además, la industria está lanzando proyectos de pequeños reactores modulares (SMRs) que se construirían en fábricas y se transportarían al emplazamiento, reduciendo enormemente los tiempos de construcción.

"Francia es el mayor caso de éxito de independencia energética dentro de la UE, ya que no depende prácticamente de los combustibles fósiles"

6. Independencia energética

La energía nuclear proporciona independencia energética. La energía nuclear se basa en la tecnología y el conocimiento, y no tanto en las materias primas. El coste del uranio es casi irrelevante entre los costes globales de operación de una central nuclear.

Por ello, la energía nuclear es considerada energía primaria del país en la que se produce el elemento combustible, contribuyendo a la independencia energética del mismo. Francia es el mayor caso de éxito de la UE, ya que no depende prácticamente de los combustibles fósiles. Prueba de ello es que se trata del país menos afectado por una inflación consecuencia, principalmente, de los costes del gas natural.

7. Gestionable

La energía nuclear es gestionable y flexible. La progresiva incorporación de las energías renovables produce un nuevo problema al sistema: gestionar la variación de producción eléctrica de estas tecnologías. La energía nuclear puede adaptarse a estos cambios mediante la operación flexible de sus reactores, algo que llevan haciendo las centrales nucleares francesas treinta años.

Es decir, la energía nuclear funcionará independientemente de las condiciones climáticas, y es capaz de adaptarse a los picos de demanda. Por otra parte, también es viable utilizar estos excesos de producción eléctrica para, por ejemplo, la producción de hidrógeno.

8. Uranio

Las reservas de uranio son más que abundantes. Actualmente, hay reservas de uranio para cientos de años. Aunque lo más interesante es que el aprovechamiento que hacemos es solo del 3% de su energía potencial. El resto es almacenado o reprocesado en el mejor de los casos.

Desde hace más de cincuenta años están funcionando centrales reproductoras que aprovechan una mayor potencia del uranio. Pero han sido abandonadas, debido a los bajos costes que tiene la extracción del uranio. Por otra parte, hay otro material válido para la fisión como es el torio, que es entre tres y cuatro veces más abundante que el uranio.

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9. Inversión

La energía nuclear necesita una baja inversión por MWh. Una central nuclear tiene unos costes iniciales que rondan los 4.000 millones de euros. Esta cifra, aunque parezca muy elevada, es muy inferior a la necesaria en las energías renovables.

En los últimos diez años, los españoles han subvencionado con 60.000 millones de euros la energía eólica para que, finalmente, aporte al sistema una energía similar a cinco de nuestras centrales nucleares. Igualmente, los nuevos SMRs permiten trocear la inversión inicial e incrementar posteriormente el número de reactores de la central según las necesidades de producción eléctrica.

10. Auge

La energía nuclear está en auge. El pasado 2021 supuso el máximo de producción eléctrica mediante esta fuente en el mundo. En España y Europa, ha sido la principal fuente de energía en los últimos diez años.

En el mundo hay cuarenta y cinco reactores en construcción y planes para doblar los 450 que hay actualmente en operación. Los países en desarrollo como China o India han sido los primeros en retomar la construcción de centrales, pero ya hay planes ambiciosos en Francia, Inglaterra o Japón. Nuestro país es la excepción mundial.

*** Guillermo Vidal Lahera es ingeniero nuclear especialista en tecnología energética.

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