Esta semana que vence se han reunido los presidentes de España y Portugal con su colega francés para desbloquear la reticencia de París a aprobar un proyecto que conecte energéticamente la Península Ibérica con el resto de Europa. Algo que le interesa mucho a Alemania, por ejemplo, ahora que ha perdido el suministro continuo y barato de gas ruso.
El proyecto del que se ha hablado durante años es el Midcat. Pero Francia no lo veía. Nunca lo vio. Tampoco España hasta que llegó la guerra de Ucrania. Como sea, lo que se ha aceptado es una alternativa: el BarMar. ¿Qué es? ¿En qué consiste? ¿Tiene peros? ¿Sale más beneficiada Francia que España?
Hablé con Javier Santacruz, economista, experto en energía y colaborador de El Español. Esta es el resultado.
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