Fue uno de esos días en que los periódicos se parecen a las películas. Todas las cabeceras tuvieron que cambiar la foto y el titular principal a contrarreloj. No hubo un "que paren las rotativas", pero casi. El ataque de un magrebí en Algeciras que dejó a un sacristán muerto y a un sacerdote herido de gravedad se produjo entre las 19:30 y las 20:30, cuando ya se han producido las reuniones de portada o, en el caso de los más tardones, cuando están teniendo lugar.
"Un presunto yihadista mata a un religioso y hiere a otro hombre en un ataque con machete en Algeciras", titula EL ESPAÑOL. Se habla de "presunto yihadista" porque, aunque la Audiencia Nacional lo investiga como tal, el Ministerio del Interior sostiene que todavía no puede precisarse la naturaleza del ataque; si fue premeditado o no, etcétera.
El Confidencial recoge de esta manera el relato de los hechos: a las 18:30 de la tarde, aproximadamente, Yassine Kanja, nacido en Marruecos hace 26 años, entra en la iglesia de San Isidro y discute con los feligreses. Les reprocha que practiquen una fe distinta al islam. Desaparece. Un rato después vuelve con un machete y se abalanza contra el padre Antonio Rodríguez, provocándole graves heridas mientras profiere alabanzas a Alá. Yassine Kanja sale del templo y se dirige a la Iglesia de Nuestra Señora de La Palma, a quinientos metros. Allí destroza imágenes religiosas y localiza al sacristán, Diego Valencia. Éste huye, pero resulta alcanzado en la calle, donde es apuñalado hasta la muerte. Yassine Kanja acude a una tercera iglesia. Es entonces cuando lo detiene la policía.
Revela esta crónica que este hombre estaba pendiente de ser expulsado a Marruecos desde junio de 2022. La Policía lo detuvo entonces en Algeciras y se detectó que carecía de la documentación necesaria para residir en España. Sin embargo, los trámites burocráticos fueron retrasando su expulsión. No le constaban antecedentes penales.
En la portada de El Mundo encontramos un dato interesante: "La Policía vigilaba al magrebí que atacó a los religiosos de Algeciras. Las fuerzas de seguridad lo controlaban desde hacía cuatro días por actuar de forma sospechosa en un barrio muy conflictivo. Precisamente, por carecer de antecedentes penales, únicamente podían vigilarlo".
En 8directo, un medio local, puede testarse la conmoción que ha dejado el suceso en la ciudad. Diego Valencia, el sacristán, era conocido como 'Diego el de las flores' porque había regentado la floristería 'El Carmen', una de las más famosas de Algeciras. Allí, centro de tertulia, se adornaban, por ejemplo, los pasos de Semana Santa. Deja mujer, hijos y nietos.
En La Vanguardia se da voz a los vecinos con un reportaje que se titula así: "No nos sorprende, iba a pasar tarde o temprano porque no hay control fronterizo". En El País vemos la foto del día, que es la foto de Yassine Kanja detenido. Está sentado en una silla. Sonríe de oreja a oreja y su chándal blanco está salpicado de sangre.
Al poco de trascender el suceso, Santiago Abascal utilizó lo ocurrido para atacar al Gobierno. Se puede leer, por ejemplo, en La Razón. Dijo el líder de Vox en sus redes: "Mi más sentido pésame a familiares y allegados de la víctima. Unos les abren las puertas, otros los financian y el pueblo los sufre. No podemos tolerar que el islamismo avance en nuestro suelo".
También se produjo ayer otra detención que ha encontrado su hueco en todos los periódicos. Por fin sabemos quién envío las cartas explosivas al presidente del Gobierno, la embajada de Ucrania y otras autoridades del Estado. Se llama Pompeyo, tiene 74 años. Jubilado, vive en Miranda de Ebro. Antes había sido funcionario informático en el Ayuntamiento de Vitoria. Tenía conocimientos explosivos suficientes como para armar esas cartas que, al abrirse, producían una especie de llama. Así se quemó las manos, por ejemplo, el trabajador de la embajada ucraniana.
Solemos citar el New York Times como fuente de máxima autoridad y faro a seguir, dejadme que hoy reseñe lo contrario. Un día antes de la detención de Pompeyo, este periódico había situado al Movimiento Imperial Ruso, un grupo de radicales, detrás del envío de las cartas.
Y termino con dos apuntes en el plano político: PP y PSOE han alcanzado un pacto para reformar el artículo 49 de la Constitución y así sustituir el término "disminuidos" por el de "personas con discapacidad". Por otro lado, la Fiscalía, veo en ABC, asegura que no procede revisar el delito de malversación agravada de Oriol Junqueras. Dicho de otra manera: si se impone el criterio de la Fiscalía, Junqueras no podría presentarse a las elecciones y su trato con Pedro Sánchez habría resultado un fiasco.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.