Por fin sabemos cómo es la guerra. Bueno, por fin sabemos cómo es esta guerra, la de Ucrania. Antes, solía ocurrir cuando acababan. Por ejemplo, sobre la nuestra, sobre la guerra civil, conocimos las interioridades muchos años después. A través de archivos, cartas, papeles… Hablo de esa dimensión tan humana de la guerra, que la puede acabar haciendo muy cutre. Ahora, todo se sabe a tiempo real.
Todos los periódicos incluyen hoy unas declaraciones de Boris Johnson sobre su última conversación con Vladímir Putin antes de que se produjera la invasión de Ucrania. Recreo la escena a través de la crónica de La Vanguardia. Johnson levanta el teléfono. Responde Putin, sentado probablemente en esa mesa tan larga. Boris le dice: "No invadas Ucrania. Vendrán las sanciones de la Unión Europea". Contesta Putin, literalmente: "Boris, créeme, no te quiero hacer daño, pero disparar un misil me llevaría un minuto".
El Kremlin ha negado la veracidad de esta conversación. Boris Johnson, que trata de reconstruir su reputación, anda dando conferencias por todas partes. Le pagan medio millón de euros por intervención. Pronto va a publicar sus memorias. Tony Blair cobró seis millones por las suyas. Se dice que puede superar la cifra.
Dicho esto: todas las cabeceras colocan al frente el mismo tema, la inmediata reforma de la ley del sólo sí es sí. ABC: "Pedro Sánchez remienda el 'sí es sí' tras beneficiar a 300 agresores. El PSOE presentará una proposición de ley para endurecer las penas y frenar el desgaste electoral".
La crónica de El País indica que esta reforma ha abierto una fisura en la coalición, aunque todavía da esperanza al acuerdo entre Sánchez e Irene Montero. De momento, PSOE y Podemos ya han pactado aumentar la horquilla de penas. Sin embargo, Podemos cree que esto puede hacerse poniendo cinco años de cárcel donde pone cuatro. El PSOE, veo en la crónica de El País, dice: "No, oiga, técnicamente eso no es posible". Entonces, los de Sánchez, para justificar esa subida, quieren escribir la coletilla: "Si la agresión se cometiere empleando violencia o intimidación". Montero responde que eso volverá a obligar a la mujer a responder a aquello de "te resististe todo lo que pudiste o no".
[Moncloa, dispuesta a inventar la "agresión sexual sin violencia" para contentar a Irene Montero]
La portada de La Vanguardia pone el acento en lo "taxativo" de la orden de Sánchez, que ha dicho que esto hay que hacerlo ya. El Mundo sostiene que, ocurra lo que ocurra, el presidente, con este gesto, ha señalado a Irene Montero, ya que ha anunciado la reforma sin antes haber pactado los detalles con ella. Por cierto, la modificación, ya lo saben, no frenará las revisiones de condenas pasadas, pero sí impedirá rebajas en nuevas condenas.
El Confidencial apunta que Sánchez tiene la seguridad, y de ahí su movimiento, de que Podemos no romperá el Gobierno. Titular: "Sánchez impone la reforma de la ley Montero y deja a Podemos en el alambre: 'No se irán'. Moncloa no teme que las tensiones por la norma estrella de Montero escale hasta el punto de que sus socios den un golpe en la mesa". La Razón, en su noticia principal, interpreta lo sucedido como una pinza de Sánchez y Yolanda Díaz a Montero.
Han pasado dos meses y medio y se ha beneficiado a 338 agresores sexuales.
El culebrón Begoña Villacís no se resuelve todavía, parece una serie turca, pero a tenor de las crónicas publicadas hoy el culebrón tiene un deadline. Como decía Abigail Lozano, "las decisiones que se pudren… pudren a quien las toma". El 6 de febrero, dentro de una semana, acaba el plazo para la presentación de candidatos a las primarias de Ciudadanos que elegirán cabeza de cartel en Madrid. Si Villacís no presenta la suya, ya sabremos que no continuará con los naranjas.
EL ESPAÑOL: "El último tren de Villacís: dar el salto a la política nacional en las listas de Alberto Núñez Feijóo en diciembre". La mala relación de la vicealcaldesa con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida le ha cerrado las puertas de Madrid. Es Ayuso quien tiene la última palabra sobre las listas de la Comunidad y el Ayuntamiento. Feijóo ya ha asegurado que va a respetar esa autonomía. Y Ayuso, de manera cristalina, anunció ayer a la prensa que no quiere saber nada de Villacís. Por tanto, o acepta la oferta de Feijóo, o sigue en Ciudadanos o deja la política.
En El Mundo se recoge la reacción de la maltrecha cúpula de Ciudadanos al enterarse de que Villacís se reunió con el PP en una cafetería cercana a Génova: "Que se vaya. Es una vergüenza. Un escándalo".
Concluyo con una noticia de El Mundo: "La ponencia del Tribunal Constitucional sobre el aborto avala la ley de plazos, pero pide informar mejor a las mujeres".
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.