Resulta escalofriante esta mañana comparar los periódicos de papel con sus ediciones digitales. En las pocas horas que transcurren desde que se imprime el diario hasta que se actualiza su portada en la web, los muertos de Turquía y Siria han aumentado por miles. Mientras doy este repaso a la prensa, ya son más de 4.500, pero los expertos indican, veo en una crónica de La Vanguardia, que las cifras finales suelen multiplicar por ocho las iniciales.
Si esa especie de tradición se cumpliera, se estarían superando los 30.000 muertos que dejó la mayor tragedia sísmica de la zona, año 1939. Jordi Joan Baños, el corresponsal de La Vanguardia, relata su viaje a la ciudad de Adana. Ha llegado a la vez que todas esas familias en busca de los cadáveres de sus seres queridos. Le dice un hombre: "Mi madre y mi hermana se han salvado. Salieron de casa a las cuatro de la mañana con el primer terremoto y ya no volvieron a entrar. Pero algunos vecinos se confiaron, regresaron y el edificio se derrumbó a las diez de la mañana".
El Confidencial, que aporta una radiografía muy completa también escrita desde el lugar de los hechos, recoge una escena sobrecogedora. Hay un grupo de personas observando un edificio de 16 plantas totalmente derruido. Llevan ahí un buen rato y no han visto salir a nadie con vida. "Matan las malas construcciones, no los terremotos", se dice. La policía ha pedido a los ciudadanos que restrinjan sus llamadas para, así, poder atender las de quienes se comunican bajo los escombros.
La portada de El Mundo pone el punto de mira en las condiciones que caracterizan el rescate: nieve y temperaturas bajo cero. Hay colas para donar sangre y alimentos. El terremoto, de 7,8 en la escala de Richter, ha masacrado la zona cero del éxodo sirio. Este país lleva en guerra civil desde hace once años: medio millón de muertos y siete millones de refugiados.
El titular principal de ABC dice: "Horror y esperanza bajo los escombros. Turquía y Siria lanzan un grito de auxilio para rescatar miles de cuerpos sepultados tras un terremoto devastador". Estados Unidos y la Unión Europea ya han respondido con ayuda internacional a la llamada de Turquía, pero una de las grandes preguntas que nos deja la lectura de los periódicos es: ¿qué pasa con Siria? ¿Cómo se ayuda a un país partido en dos? ¿Hay que ayudar también al territorio gobernado por un tirano? Si la respuesta es sí, ¿cómo ayudar a toda esa población civil si el tirano lo rechaza? Por otro lado, veo en El Mundo que el único camino para acceder a la zona de los rebeldes se ha visto seriamente afectado por el seísmo.
De vuelta a casa, EL ESPAÑOL titula: "Pedro Sánchez da por hecho que todos apoyarán su reforma del sí es sí al aumentar las penas". Los dirigentes del PSOE que hablan en esta crónica sostienen: "Ningún grupo se va a atrever a votar en contra de subir penas a violadores". Pero lo mejor es el símil que emplea uno de ellos: habla de la ley de Irene Montero como un "chicle pegajoso" que ya se ha endurecido y que será muy difícil de retirar.
Saben ustedes que el PSOE ha decidido volver a las penas anteriores a la ley de Irene Montero: el remedio ha sido llamar "agresión sin violencia" a lo que antes se catalogaba como "abuso". Podemos considera que eso es volver a la norma anterior y, por eso, no lo apoyará.
El País apostilla que el PSOE, pese al "no" comunicado por Irene Montero, todavía tiene la esperanza de pactar enmiendas con Podemos en el Congreso, en lugar de acordar con el PP. Sin embargo, en la página de al lado, puede leerse la respuesta de Alberto Núñez Feijóo: "El PP permitirá que la reforma prospere pese a la 'soberbia del PSOE'".
En La Razón se explica que Sánchez ha huido hacia delante presentando la reforma sin el consenso de Podemos porque está seguro de que Ione Belarra no va a romper la coalición.
Dos últimos asuntos: mañana es la última reunión entre Ramón Tamames y Santiago Abascal. EL ESPAÑOL revela que el catedrático de Economía ya está terminando de escribir su "programa de gobierno" y que el último fleco pasa por discutirlo con el líder de Vox. Porque, en la tribuna, el exdirigente comunista se ha asegurado poder proponer su propio programa, no el de Vox.
En ABC se ponen de manifiesto las posturas de PP y Ciudadanos ante la moción. Ambas formaciones critican a Abascal por "arrastrar" a Tamames a ese "desprestigio". Creen que la moción fortalecerá al Gobierno. Por eso definen a Vox como "socio estratégico de Sánchez".
Y la guinda: hoy España despide el símbolo de la Covid. Se va a aprobar esta mañana en el Consejo de Ministros el final de la mascarilla en el transporte público.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.