Cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, pidió a sus asesores, los que le escriben todos esos folios que lee en el Congreso, que le trajeran todos los días la prensa internacional. Igual que cuando Calvo-Sotelo llegó a Palacio y dijo que Suárez no había llevado un solo libro, nuestro presidente histórico mostró su poderosísima preocupación por que Rajoy pidiera tantos diarios deportivos.
Sabrá ya a estas horas nuestro presidente que en Europa no las tienen todas consigo acerca de su visita a China. EL ESPAÑOL, a través de su corresponsal en Bruselas, recoge la división de opiniones que hay en la UE acerca del encuentro entre Sánchez y Xi Jinping: “Líderes europeos creen que la invitación de Xi a Sánchez es un plan para dividirles sobre Ucrania”.
Por un lado, estos líderes no dan credibilidad al plan chino para la paz de Ucrania, pero por el otro no quieren romper con Pekín. Dice esta crónica: “El presidente chino se ha embarcado en una especie de ofensiva de seducción con los líderes europeos, aunque en Bruselas sospechan que su objetivo último es generar división”.
Ayer habló en el Congreso de los Estados Unidos Shou Zi Chew. En contra de lo que pensáis, no es de Ochagavía, sino chino. Hay una tremenda montada con TikTok, una red social para gente todavía más joven que yo. En Estados Unidos la usan 150 millones de personas, la mitad del país. La mayoría, menores de 35.
Cuentan El País y ABC que tanto republicanos como demócratas, derecha e izquierda, consideran TikTok como “un arma tecnológica” en manos de China. Porque sospechan que la empresa dueña, al ser china, puede estar filtrando al gobierno asiático los datos de todos los usuarios. También cree que se pueden estar propagando y censurando vídeos con el objetivo de favorecer a Pekín. Los dos grandes partidos estadounidenses proponen dar a Joe Biden competencias para que pueda cerrar TikTok en el país.
Cambiando totalmente de tema. Otro asunto que es portada en los diarios de hoy: el CGPJ. Es decir CGPJ y perder un millón de oyentes de golpe. No se preocupen. Lo resumo. Como está bloqueada la renovación, los vocales adscritos al PSOE quieren dimitir en bloque para forzar la sucesión. Entonces, los medios más próximos al Gobierno, como El País, dicen que la culpa la tiene el PP. Y El Mundo pone el punto de mira en el PSOE. Fijaos en los dos titulares. El País: “El sector progresista del Poder Judicial debatirá si dimite en bloque. La renovación lleva bloqueada por el PP desde hace más de cuatro años”. El Mundo: “El ala del CGPJ afín a Moncloa intenta forzar su renovación con dimisiones”.
Portada de La Razón: “Ayuso rompe con Vox”. La presidenta de la Comunidad de Madrid dijo: “Que cada uno siga su camino”. Estoy muy decepcionado y, además, no me lo creeré hasta que mande un mensaje a sus diputados parecido al que escribió para referirse a la izquierda: “Matadlos”.
EL ESPAÑOL añade: “Ayuso pacta con Feijóo separarse de Vox y romper el esquema de bloques planteado por Sánchez”. La cuestión es qué dice Abascal de todo esto, porque puede tener tras las elecciones los votos que el PP necesita. Leo en El Confidencial: “Vox desafía el veto del PP y aspira a gobernar juntos hasta en cuatro comunidades”.
Cito un párrafo: “Los de Abascal tensan la cuerda y se ven con posibilidades en Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura”. Dicen en Vox: “O pactan o no gobiernan”.
¿Qué hace Feijóo mientras? Al no haberse tragado el tostón de la moción de censura, veo que ha tenido tiempo para irse de compras y disfrazarse. Atención a la foto en la portada de El Mundo, que anuncia una entrevista con YoDona, la revista de moda de este periódico. Aparece Feijóo con deportivas blancas y camiseta. Si en la revista Esquire pareció, con aquel jersey de lana gorda y cuello vuelto, un preso de guerra; ahora nos ofrece una versión cantante de bachata.
Ahora unos versos de Café Quijano: “Se llama Lola y tiene historia, aunque más que historia sea un poema”. Porque se llama Lola Sánchez y fue eurodiputada de Podemos. El Confidencial recoge unas declaraciones suyas en las que acusa a Pablo Iglesias de haberle pedido que espiara a Miguel Urbán, un compañero entonces crítico con la dirección. “Después me pidió una cosita de nada: que le mandara periódicamente un documento SIN FIRMAR donde yo tenía que contarle todo lo que Urbán hacía en Bruselas. O sea, que fuera su espía”.
Termino con la portada de ABC: “Dos interventores de la Junta de Andalucía rastrean los pagos al marido de Gámez. El juez ordenó a los peritos investigar las cuentas en las empresas de la pareja de la dimitida directora de la Guardia Civil y de sus cuñados regadas con dinero público”. Y ahora me marcho como lo hace Raúl del Pozo de los restaurantes: “¡Camarero! ¡La cuenta y la Guardia Civil!”.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.