"El CIS da la victoria al PSOE en las municipales con 2,3 puntos de ventaja sobre el PP". Ese fue el titular de El País el pasado 22 de mayo, a la contra de todas las encuestas publicadas hasta la fecha.

A nadie se le escapó que, una vez más, se trataba de una estrategia del Gobierno para manipular voluntades sobre la base de la profecía autocumplida: al dar ganador al PSOE los ciudadanos acabarán votándolo. 

Papeletas en una mesa electoral. J. J. Guillén EFE

Para ahondar en esa estrategia, no ha habido reparo alguno en duplicar el presupuesto del CIS hasta casi 13 millones de euros anuales. Tampoco para poner como director a un afiliado del PSOE que un día realiza grotescas declaraciones contra el líder de la oposición y al siguiente cambia sin escrúpulos la normativa interna de la propia institución: los plazos, las series históricas, las preguntas y, lo que es peor, las propias estimaciones estadísticas sobre el voto.

Pero estamos en 2023. Y en la ciencia, la verdad se impone. Han bastado cinco años para dejar al desnudo una estrategia burda, pueril y, por supuesto, ineficaz. A los hechos me remito: tanto el CIS como su presidente se encuentran, hoy, entre lo más desacreditado del sector de la investigación social.

Entre las muchas perlas que ha dejado José Félix Tezanos en el último mes, tras ser preguntado por sus nuevos fallos, hay dos que brillan sobre las demás: "En el CIS no somos adivinos" y "las encuestas no pueden predecir los resultados".

"En cuanto a porcentaje de acierto, el CIS ocupa el puesto 41 entre 47 empresas demoscópicas"

Las encuestas electorales tienen, al menos, dos razones de ser. Una es servir de herramienta de estrategia para los partidos. Otra, generar información y opinión pública. Ambas exigen máximo rigor.

Por eso, una de las actividades más higiénicas que realiza SocioMétrica de forma regular y especialmente al acabar unas elecciones, es revisar todo lo publicado y lo entregado a nuestros clientes. Lo siguiente es hacer un análisis crítico, analizando estimaciones, predicciones, errores y desajustes bajo los principios de la transparencia y la replicabilidad. Es decir, que no haya fallo que no tenga su análisis, su crítica y su solución para una mejora continua. Es lo normal. Es lo serio. Es lo profesional.

En el último análisis, hemos llegado a varias conclusiones que paso a detallar.

1.- Desde el 26 de abril, se han publicado 239 encuestas, provenientes de 47 institutos en aproximadamente 30 medios. La seriedad ha sido la norma. Si analizamos la precisión de todas ellas, ha resultado una media de escaños "acertados" del 90%. 

2.-  Perdóneseme la autocita, pero entre las empresas/medios de mayor precisión han estado (nuevamente) SocioMétrica para EL ESPAÑOL, GAD3 para ABC y Forta, 40db para El País, y Sigma Dos para El Mundo, todas ellas rondando el 95% de acierto. Cualquiera puede comprobarlo.

[Editorial: La viga del CIS en el ojo del PSOE]

3.- Las desviaciones provienen de haber quedado las previsiones algo cortas con el PP y largas con Podemos. Quizás haya habido voto oculto, o quizás el sistema de muestreo por territorios deba mejorarse, pero en cualquier caso la precisión siempre ha sido mayor al 90%.

4.- Sin embargo, las estimaciones del CIS, tomadas en su conjunto, siendo el organismo con más presupuesto y más recursos, han tenido una precisión del 86%. El CIS ocupa el puesto 41 de las 47 empresas mencionadas, todas privadas.

5.- Este lamentable puesto en el ranking viene produciéndose desde que en agosto de 2018 el PSOE escogió a Tezanos para presidir el CIS. Los ranking son públicos y pueden consultarse en internet.

6.- Solo por poner algunos ejemplos de la grosera imprecisión del CIS de Tezanos: dio ganador al PSOE en las elecciones municipales, cuando venció el PP de largo. Dio vencedora a la izquierda en Valencia en lugar de a la derecha. Dio ganador al PSOE en Baleares y no al PP, como fue el caso.  

"En lugar de señalar a quienes acertamos en nuestros análisis, haría bien el PSOE en denunciar a quien incumple la LOREG"

Ahora EL ESPAÑOL acaba de recibir la confusa denuncia del PSOE ante la Junta Electoral en la que se acusa a SocioMétrica, junto con Sigma Dos y GAD3 (tres de las firmas demoscópicas más precisas y solventes) de no publicar la razón social de la empresa encuestadora, de la contratante (este periódico) y el número de personas que no contestan a la pregunta sobre el voto (que es cero, porque las preguntas son cerradas y todos los encuestados responden una u otra cosa). 

Semejante iniciativa legal deja en evidencia a sus promotores. En lugar de señalar a quienes acertamos en nuestros análisis, haría bien el PSOE en denunciar ante la propia Junta Electoral a quien incumple el artículo 69.2 de la LOREG: "Velar por que los datos e informaciones de los sondeos publicados no contengan falsificaciones, ocultaciones o modificaciones deliberadas". 

Y es que, a la vista de los hechos, el único organismo que presuntamente falsea, oculta o modifica los resultados es el CIS; y el PSOE, el partido que lo lleva avalando cinco años.

*** Gonzalo Adán es director y CEO de SocioMétrica.