Prigozhin aclamado por el pueblo ruso en Rostov del Don.

Prigozhin aclamado por el pueblo ruso en Rostov del Don. Reuters

LA TRIBUNA

El Kremlin seguirá necesitando a los mercenarios de Wagner

Los ecos de la rebelión de Prigozhin en Rusia aún pueden dejarse sentir en Europa, en África e incluso en América Latina.

28 julio, 2023 01:54

Un tanque atascado en las puertas del circo de la ciudad rusa de Rostov del Don se ha convertido en el irónico símbolo de la fallida rebelión del Grupo Wagner, la compañía militar privada de Yevgeny Prigozhin, contra el Gobierno y el mando militar ruso.

Mientras ocurría este motín y los tanques de Wagner avanzaban hacia Moscú, los líderes de la UE y de los Estados Unidos se mostraban seriamente preocupados por las armas nucleares rusas, que podían terminar en manos de líderes militares impredecibles.

Esa preocupación es comprensible. El Grupo Wagner es la élite de los servicios especiales del Ejército ruso. El régimen de Vladímir Putin no escatimó dinero ni cobertura diplomática con ellos. La columna vertebral de este ejército formalmente privado, pero financiado con presupuesto estatal ruso, está formada por oficiales superiores e inferiores con experiencia de combate en Siria, Ucrania y algunos países africanos.

Uno de los fundadores de Wagner, Dmitry Utkin, es teniente coronel de la Unidad Especial de Inteligencia Militar del Estado Mayor de Rusia, que nunca ocultó su ideología racista y fascista. Como testifican antiguos wagnerianos que partieron hacia Occidente, el resto de los comandantes del grupo fueron seleccionados en función de posturas similares. Las armas nucleares en manos de tales personas no presagiaban nada bueno.

Finalmente, la rebelión de Prigozhin se resolvió de forma política. Los mercenarios se detuvieron a 200 kilómetros de Moscú y la guerra civil en Rusia, al menos por ahora, no ha estallado. Esto resolvió problemas a corto plazo para Putin, pero no para Occidente.

El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, durante su reunión con el presidente de Rusia, Vladímir Putin.

El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, durante su reunión con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Reuters

El hecho de que el Grupo Wagner haya dejado de existir formalmente en Rusia como una sola unidad no significa que el Kremlin haya abandonado a esta entrenada y poderosa milicia privada, que utilizó hasta 2022 en África, Europa y América Latina.

Es probable que a los desertores se les ofrezcan ahora dos opciones. Firmar un contrato con el Ministerio de Defensa ruso y regresar al campo de batalla en suelo ucraniano (la resistencia a morir en Ucrania fue una de las razones del motín) o continuar sirviendo a Rusia en operaciones especiales en el extranjero. La mayoría de los soldados profesionales del Grupo Wagner elegirán la segunda opción.

"A pesar del infortunio de Prigozhin, el reclutamiento para engrosar las filas de Wagner continúa en toda Rusia"

Para entender cómo utilizará Putin a los wagnerianos vale la pena recordar la increíble operación de los servicios especiales ucranianos en el verano de 2020, frustrada en el último momento.

En julio de 2020, la Inteligencia ucraniana casi logró atraer a tres docenas de excombatientes de Wagner al territorio de Ucrania, donde iban a ser arrestados.

La leyenda de la emboscada dice que a determinados wagnerianos con habilidades específicas (zapadores, francotiradores y operadores de sistemas portátiles de misiles antiaéreos) se les tentaría con la idea de volar a Venezuela, partiendo desde Bielorrusia con escala en Turquía. La mayoría de esas personas habían estado involucradas en crímenes de guerra en Ucrania, incluido el derribo de aviones y helicópteros.

Aunque la operación finalmente fracasó, se hizo evidente que esas personas podían viajar al extranjero sin ningún problema. Porque nunca entraron en los radares de los servicios de Inteligencia occidentales.

Ahora, como descubrieron los periodistas de la BBC, y a pesar del infortunio de Prigozhin, el reclutamiento para engrosar las filas de Wagner continúa en toda Rusia.

Además, según la inteligencia militar ucraniana, los wagnerianos han estado entrenando soldados rusos y bielorrusos en Bielorrusia durante más de un año. Por lo tanto, su traslado al país vecino, donde ya se ha preparado un campamento para ellos, se parece poco a un exilio.

Para predecir a qué podrían dedicarse en el futuro estos militares altamente cualificados y despiadados vale la pena recordar lo que hicieron en el pasado.

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Por ejemplo, en las regiones del este de Ucrania prepararon e incitaron en 2014 disturbios masivos. Los utilizaron para tomar instalaciones importantes y desarmar a las tropas al amparo de escudos humanos. También tomaron rehenes.

La demanda de tales operaciones puede surgir en Estados con democracias frágiles, especialmente en medio de una campaña electoral, cuando el país está dividido en varios grupos de simpatizantes de diferentes candidatos. Al mismo tiempo, los mercenarios pueden tanto desestabilizar la situación como reprimir a la oposición a solicitud de las autoridades. Esta última opción es la más probable para aquellos Estados que son amigos de Rusia.

La interferencia forzosa en las elecciones puede cambiar no sólo la trayectoria del desarrollo de un Estado, sino también la situación de seguridad en la región. En la cumbre Rusia-África, Putin se ha presentado como un líder con una enorme influencia en los asuntos africanos. Merece la pena prestar especial atención a lo que ocurra en Gabón, Zimbabue, Mali y la República Democrática del Congo. Allí, Putin puede aprovecharse de la situación, incluso con la ayuda de los wagnerianos.

"Occidente no sólo debe fortalecer su apoyo a Ucrania, sino combinar sus esfuerzos con los Estados del hemisferio sur"

El Kremlin también puede recurrir a operaciones híbridas para humillar a Occidente. En 2023, Francia anunció la reducción de su presencia militar en Costa de Marfil, Senegal y Gabón. Es posible que los mercenarios rusos, con el apoyo de las fuerzas locales, generen en esos países un caos similar al que acompañó a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Hay muchos especialistas en defensa aérea entre los wagnerianos. Durante la marcha a Moscú, los wagnerianos derribaron seis helicópteros y un avión que intentaba atacarlos. Los traslados de tales mercenarios, que presuntamente Rusia no controla, fueron una señal alarmante para Polonia y Lituania en vísperas de la cumbre de la OTAN en Vilna, donde se reunieron cientos de altos funcionarios de toda Europa.

El Kremlin habría podido simular o incluso organizar un ataque terrorista contra los aviones de los participantes en la cumbre. Polonia y Lituania fortalecieron sus defensas fronterizas con Bielorrusia. Por tanto, se tomaron en serio las amenazas.

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Mientras tanto, militares y vehículos rusos, en particular los de defensa aérea, se han visto ya en Venezuela, Nicaragua y la República Centroafricana. Los vecinos de estos países deben velar por su seguridad, por ejemplo, recurriendo a América del Norte y Europa para obtener la ayuda necesaria.

Todo esto parece el guion de una película de acción de Hollywood. Desafortunadamente, desde la primavera de 2014, Ucrania ha estado viviendo en un escenario así de sombrío. Con todas sus fuerzas y pagando un precio altísimo, ha frenado su expansión a otros países europeos.

El ejemplo de Ucrania también demuestra que las acciones subversivas de Rusia deben preverse y rechazarse con contundencia para impedir que el agresor obtenga éxitos significativos. Occidente no sólo debe fortalecer su apoyo a Ucrania, sino también combinar esfuerzos con algunos Estados del hemisferio sur para evitar los peores escenarios.

*** Petro Burkovskiy es director ejecutivo de la Fundación Iniciativas Democráticas Ilko Kucheriv.

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