El fallecimiento de Ramón Rodríguez Arribas, el pasado 29 de octubre, ha constituido un lastimoso suceso para quienes le conocimos, le apreciamos y compartimos con él tareas de gobierno y de desarrollo y actuación en la Justicia Ordinaria y en la Constitucional.
La razón es que Rodríguez Arribas fue un más que destacado miembro de la Carrera Judicial durante más de cincuenta años, en la que ganó la estima más considerable que puede alcanzarse en el mundo del Derecho, por su espíritu de cooperación y colaboración en el funcionamiento de las instituciones a las que perteneció.
Tuve ocasión de recibir su ayuda cuando, durante el desempeño de mi presidencia del Tribunal Supremo, ostentaba él, aparte de su trabajo como magistrado, la condición de presidente de honor de la Asociación Profesional de la Magistratura, y de presidente honorario de la Fundación Justicia en el mundo, de la UIM. Una ayuda y colaboración que sirvió para afrontar y resolver problemas de la organización judicial y de relación con las justicias de países de nuestro entorno.
Cuando finalizó mi Presidencia en el Tribunal Supremo (1990-1996) y regresé a mi condición de magistrado del citado Tribunal, coincidí con él en la Sala Tercera del Tribunal Supremo, de la cual era él también magistrado. Y pude comprobar su valía y dedicación en este orden jurisdiccional.
Posteriormente, en junio de 2004, fuimos ambos elegidos magistrados del Tribunal Constitucional por el Consejo General del Poder Judicial en un mismo acto de elección y nombramiento. Durante mi Presidencia en dicho Tribunal (2011-2013), él ocupó también la Vicepresidencia desde el 2012 hasta su cese. Esto me permitió también, aparte de continuar la rica amistad que ya existía entre nosotros, confirmar su apoyo y defensa de la Constitución como norma fundamental del Estado, y como pieza esencial para conseguir la justa y ordenada convivencia democrática que la misma postula como primera finalidad en su Preámbulo.
No he querido, deliberadamente, reproducir aquí el currículum de Ramón Rodríguez Arribas, que, además de conocido, puede perfectamente obtenerse hoy por otras vías. He querido, eso sí, hacer patente la valoración excepcional que de él siempre tuve, y mi auténtico y sentido pésame que su muerte me ha producido. Descanse en paz.
*** Ramón Rodríguez Arribas nació en Madrid en 1934, y ha muerto este domingo en Madrid a los 89 años.
*** Pascual Sala es expresidente del Tribunal Constitucional, expresidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, y expresidente del Tribunal de Cuentas.