Dolores Delgado, Shakira, Irene Montero y Alejo Vidal-Quadras.
El berrinche de Montero, caso Vidal-Quadras y la boda de la fiscal Delgado
Irene Montero, Alejo Vidal-Quadras, Dolores Delgado y Shakira; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
Irene Montero
Irene Montero.
Las ya exministras Ione Belarra e Irene Montero protagonizaron la semana pasada un berrinche que las ha puesto en órbita. Una vez fuera del Gobierno necesitaban demostrar que se sentían afectadas por el feo que les ha hecho Sánchez.
Sin embargo, han tenido que tragarse su bien elaborado discurso sobre los amigos machirulos del presidente, que se daban por aludidos. La impresión que daba es que, incluso con la ley del sí es sí ya en el BOE, el departamento de Igualdad no dejó de comportarse como un Ministerio de preadolescentes. Están recogiendo la cosecha.
Un feminismo partido en dos. Al menos en Madrid, donde este sábado volvimos a ver dos marchas separadas. Así celebraran en la calle unas y otras el "Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la mujer". Montero estará en una de las marchas y Ana Redondo, la sucesora, en la otra.
Aquí encaja lo de sembrar vientos y recoger tempestades. Por ejemplo, la tempestad que esta semana han desencadenado Montero y Belarra con su pregón de que Sánchez las ha echado del Gobierno y que tal desprecio no va a quedar impune. Todo había ido más o menos bien con las dos ministras de Podemos en sus respectivos ministerios. Hasta que les estalló el discurso en las manos, y no supieron cómo arreglarlo.
Fue cuando Sánchez quiso ilustrar un ejemplo y dijo aquello de que muchos amigos de su generación, hombres de cuarenta o cincuenta años, que son buenos tíos pero irremediablemente machistas, se estaban sintiendo ofendidos. Lo dijo con naturalidad, pero a las chicas, casi se les caen los palos del sombrajo al escucharlo.
Ahora hay un rayo que no cesa sobre la ministra Montero. Como consecuencia de su ley predilecta resultaron favorecidos unos 1.200 agresores sexuales, 126 de los cuales salieron de la cárcel tan contentos.
¡Salud, Montero!
Aleix Vidal-Quadras
Alejo Vidal-Quadras.
En Barcelona todo el mundo lo llama Aleix, pero en cuanto pone un pie en Madrid, su residencia habitual, todos pasan a decirle Alejo. A lo mejor es para despistar. Quién sabe. El caso es que Aleix, o Alejo, alcanzó hace unos días un nivel de protagonismo que ya quisieran para sí Puigdemont o el propio Sánchez (sin balas, por supuesto). Motivo: la chapucera tentativa de asesinato que sufrió Vidal-Quadras cuando se dirigía a su domicilio en la madrileña calle Núñez de Balboa.
Abstraído como iba, el fundador de Vox no se dio cuenta de que lo seguían unos sicarios motorizados hasta que los tuvo encima. Quedó tendido en el suelo, con una bala traspasándole la cara. El revuelo se formó en unos segundos, tiempo suficiente para avisar a una ambulancia y llevarlo al hospital. La incógnita flotaba en el aire y en las reseñas políticas y mediáticas: ¿Quién quería cargarse a un físico nuclear, fundador de Vox, expresidente del PP catalán y exeurodiputado?
Trece días tardó la policía española en saberlo. De los tres detenidos el martes pasado, dos han quedado en libertad y un tercero lo está contando todo, pero el secreto del sumario no permite ir más allá.
Sigo el relato. Ya en el hospital, los médicos observaron que una bala le había traspasado la cara de parte a parte. Junto con las primeras curas se puso en marcha la investigación. Cuando Vidal-Quadras pudo expresarse, pidió una pizarra y escribió dos palabras que a todas luces eran la clave del atentado: "régimen iraní".
La Familia Vidal-Quadras estuvo muy relacionada con el Irán (antes Persia), del Sha y Farah Diba en el trono. Destacó en la familia un primo hermano de Alejo que era retratista de la gente importante y tenía mucho éxito con los emperadores. Algunos de aquellos cuadros se quedaron en Teherán y otros se los llevaron al exilio. Allí acabó la relación de los Reza Pahlevi con los Vidal-Quadras. El mundo se había vuelto del revés.
María Dolores Delgado
Dolores Delgado.
En medio de las coplas de picadillo entre jueces y ministros de Sánchez, he aquí una historia de amor que los protagonistas hacen pública para que nadie se la pierda. El novio es el famoso Baltasar Garzón, un juez estrella expulsado de la carrera judicial en 2012 tras ser condenado por el Tribunal Supremo a 11 años de inhabilitación por delito de prevaricación (intervenir ilegalmente las comunicaciones carcelarias de ciertos reclusos con sus letrados) durante la instrucción del famoso caso Gürtel. Fin de la primera parte.
La novia se llama María Dolores Delgado y es once años más joven que Baltasar, el rey mago que le promete amor eterno a contar desde la boda íntima y civil, alejada de los curiosos, que van a celebrar el domingo 3 de diciembre en el casoplón que comparten a las afueras de Madrid.
Al enlace asistirán los hijos, dos más tres (dos de Lola tres de Balta). Pero la invitada principal a la ceremonia será María del Real Burgos, la madre del exmagistrado, que fue su ojito derecho desde que lo alumbró en Torres (Jaén) donde ejercía de jefa del hogar mientras el padre era empleado de una gasolinera.
Viene de lejos la amistad del juez estrella y la entonces fiscal especialista en delitos de la Yihad. Se afianzó con el tiempo. Antes, Lola había sido una chica precoz. Destacaba por su corte de pelo, su simpatía y su enérgica personalidad. Espabilada, risueña y siempre dispuesta a trabajar más que los demás. Todos la admiraban. Lo que llamaba más la atención era su nulo aspecto de opositora.
Llevó una vida llena de altibajos. Primero se casó con un novio catalán que ejercía de ejecutivo. Tuvo dos hijos y en nada se plantó en Madrid. Habían empezado a irle mal las cosas con el padre de sus hijos y pensó que una nueva vida le sentaría bien. Sobre todo le sentó bien a Garzón y el divorcio que le condujo a él. En cuanto a ella, lo mismo pero al revés. El divorcio de Garzón le sentó estupendamente a Lola. Fue la mejor forma de entrar con buen pie en el matrimonio.
María Dolores ha sido fiscal general del Estado y antes ministra de Justicia. Como fiscal cesó a petición propia, por problemas de salud y le sucedió un segundo de a bordo, Álvaro García Ortiz. Y como ministra de Justicia dio paso a Juan Carlos Campo, el novio de Meritxell Batet, que a su vez fue presidenta del Congreso, mientras él (Campo) derivó luego hacia un sillón en magistrado del Tribunal Constitucional, por lo que ahora también sale en las coplas de la amnistía.
Cuando a María Dolores la nombraron fiscal general del Estado fue muy criticada por su amistad con el comisario Villarejo, que hacía migas con todo el mundo, incluidos los amigos poco recomendables. Su nombramiento tuvo siete votos en contra y hasta el PP lo recurrió. En julio del año 22, mientras Lola andaba en silla de ruedas por su dolor en el esqueleto, la fiscal volvió a sus cuarteles de invierno (AN) y esperó en silencio.
Álvaro García la promovió entonces para el cargo de fiscal de sala y el Tribunal Supremo se ha cargado el nombramiento por "desviación de poder". Ahí estamos, pendientes del culebrón. Y ahí queda Dolores, pendiente del sí de Baltasar y de encontrar la postura en la sala de lo militar del Tribunal Supremo. Que es un trabajo liviano y permite pasar las tardes comprando bolsos en la milla de oro. Sería un chollo.
Shakira Isabel Mebarak
Shakira.
Aún guardo memoria reciente de los Grammy latinos, celebrados el 16 de noviembre en Sevilla con lo más granado de la discografía internacional, en especial Shakira (Barranquilla, 1977). Pero a la vuelta de los aplausos, la esperaban los fiscales de la Audiencia Provincial de Barcelona, donde declaró haber defraudado 14,5 millones de euros correspondientes al impuesto sobre la renta y de Patrimonio durante 2012 y 2014.
Dicen que la colombiana estaba nerviosa, pero aún tuvo arrestos para quitarse las gafas de sol rosas. Lo demás fueron leves sonrisas dedicadas a los curiosos y a la prensa que le aguardaba. Y todavía le quedó tiempo para recordar aquel dicho según el cual, la indumentaria que una mujer escoge para una cita judicial influye sobre veredicto, aunque no en las víctimas de malos tratos cuyos testimonios pierden credibilidad si visten a la moda y no se ajustan a su papel de sufrientes. Al menos eso dicen algunos jueces.
Para evitar un juicio que hubiera supuesto entrevistar a ciertos testigos comprometidos, como Antonio de la Rúa (49 años, hijo del expresidente argentino y en tiempos novio de Shakira); los Estopa, David y José Muñoz (47 y 45), o Fernando Olvera (63 años, de Maná, la ex de Piqué optó por admitir su culpabilidad y aceptar que había defraudado a Hacienda en cantidades estremecedoras.
Pactó, pues, una multa de siete millones de euros y se libró de la cárcel. Su familia ha vuelto a sonreír. Sobre todo, Milán y Sasha, que estaban en primera fila mientras mamá triunfaba en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla.
