Leo unas palabras del padre Feijóo en La Vanguardia bastante afinadas para definir lo que está ocurriendo en España: “Esto es una carrera a ver quién engaña a quién”. Firmados los acuerdos con Junts, Sánchez trabaja a contrarreloj para intentar timar a Puigdemont, igual que viene timando a sus votantes y compañeros del Partido Socialista.
Desesperadamente, las oscuras golondrinas de Moncloa llaman a los periodistas para explicarles que, en realidad, las cosas que se han dado a Junts no son para tanto. Ese mensaje ha cristalizado en la portada de El País –“El Gobierno minimiza la cesión a Junts en política igratoria”– y de La Vanguardia –“El PSOE trata de rebajar el alcance de los pactos con Puigdemont”–.
Sin embargo, en las páginas de dentro, recogen lo que Puigdemont dice haber conseguido: la competencia para expulsar a extranjeros delincuentes, controlar los flujos migratorios y dar permisos de residencia. Esta frase en la crónica de El País nos da la medida de lo que está sucediendo: “El Gobierno no niega tajantemente esos extremos para no incomodar a su socio, pero no detalla qué se hará exactamente”.
Lo que quiere hacer Puigdemont sí lo sabemos y lo explica gráficamente Francesc Valls en su columna: “Evitar una Cataluña con más Mohameds que Jordis”. Y ahora voy cruzando el río, sabes que te quiero, Carles Alsina, patrón de los decretos de nueva planta, ídolo de la Cataluña de 1714.
ABC: “Junts se jacta de tomar el control total en inmigración”. El Mundo: “Junts exhibe su perfil xenófobo tras ceder Sánchez inmigración. Afirman eufóricos que Cataluña podrá decidir sobre el reparto de inmigrantes y cómo echar a estas personas si delinquen”.
Hay un juego muy divertido que consiste en revisar las cosas que han dicho sobre inmigración Abascal y Puigdemont, Vox y Junts. Uno puede intercambiarlas indistintamente. El Gobierno más progresista y de izquierdas de nuestra democracia, ¡ay, mi madre!, entregando las competencias de inmigración a los menos de izquierdas y más racistas de todo el Parlamento.
El pacto ya ha sublevado a algunos de los socios, pero también a miembros de la coalición. EL ESPAÑOL: “Dirigentes de PSOE y Sumar cuestionan ceder inmigración en pleno brote xenófobo en Cataluña”. El Confidencial: “Junts abre un cisma entre los socios del Gobierno por querer echar a los inmigrantes. El discurso de Puigdemont, que vincula inmigración y delincuencia, genera el primer conflicto ideológico en el Ejecutivo”. El Mundo: “Junqueras avisa a Sánchez de que el discurso de Junts sobre inmigración es de extrema derecha”.
Hay varios artículos esta mañana, por ejemplo en La Razón y en El Mundo, sobre la posible inconstitucionalidad de este pacto. Pero en España, la Constitución es elástica como las gomas de pilates y depende de la mayoría de turno que haya en el TC. El Confidencial: “Urkullu reclama ya la transferencia a Euskadi de la política migratoria”.
¡Que siga la fiesta! ¡Esto es un partidazo y sólo acaba de empezar! Competencias de inmigración, a euro. El IVA del aceite, a euro. Publicación de balanzas fiscales, a euro.
Otra de las cuestiones pactadas con Junts que podría esconder una bomba de relojería es aquella que habla de “los derechos históricos del régimen local”. El Gobierno calla cuando se le pregunta, pero Junts responde. Y la respuesta está en EL ESPAÑOL: pretenden recuperar la estructura territorial catalana previa a los Decretos de Nueva Planta; es decir: la del siglo XVIII. Quieren que vuelvan las ocho veguerías para sustituir a las cuatro provincias actuales. Realmente estamos perdiendo el juicio. Y una vez más: el gran gobierno de izquierdas enarbolando como “progresistas” los derechos medievales.
Sobre la gran derrotada del miércoles, Yolanda Díaz, siguen apareciendo crónicas. En El Mundo leo que, cuando se dio cuenta de que Podemos no iba de farol y que podía tumbarle el decreto, la vicepresidenta contactó con ellos “sólo minutos antes de votar”. El País recoge unas declaraciones orgásmicas de Irene Montero tras haberle devuelto la puñalada a su excompañera: “En el Gobierno sólo manda Sánchez”.
Acerca de Napoleonchu versa la portada de La Razón, que lo sitúa de nuevo como próximo presidente del Consejo Europeo: “La inestabilidad parlamentaria y el pulso con Junts apunta a la tesis de una salida rápida hacia Bruselas”.
Dice el ABC que la gripe empieza a remitir, aunque suben las hospitalizaciones. A España le sube la fiebre, pero ya sólo pienso en la del sábado noche. Me voy, patrón, y te juro que mañana no volveré.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.